La necesaria adaptación de las Escuelas de Negocio a una realidad de cambio global acelerado
Estamos acostumbrados a referirnos a la época actual como de tiempos turbulentos, en los que la inestabilidad y la incertidumbre campan a sus anchas. Sin duda esto tiene consecuencias en nuestro sector de formación de postgrado, que, si bien la situación crítica de la economía mundial como consecuencia de la pandemia en 2020 y 2021, se le sumó la Guerra de Ucrania, para incorporar aún más elementos negativos a tal inestabilidad, como la inflación, la carestía de alimentos básicos y el elevadísimo coste de la energía derivado de un corte sustancial en el suministro de gas que siempre había sido proveído por Rusia.
O sea, que algunos han visto en todo este proceso un claro revés para la globalización, o sea que una supuesta des-globalización forzada por las circunstancias, al menos hasta ahora temporales, que han causado interrupciones significativas y están dando forma a nuevos patrones de comportamiento. Esto ha afectado todos los sectores de la economía, incluida la educación empresarial.
Sin embargo, durante este año 2022 que estamos terminando, hay indicios de mejora en la educación de postgrado, que refleja sin duda el arduo trabajo de las instituciones educativas de postgrado para llevar a cabo todo tipo de alianzas estratégicas y mecanismos de colaboración para crear poderosas redes de campus a escala global.
Este esfuerzo pretende dar respuesta a una creciente demanda de estudios de postgrado, porque hay muchos jóvenes graduados que buscan en su curso de un MBA poder estudiar y comprender diversas regiones, además que saben que son las propias escuelas la que van a fomentar el intercambio y cultivar redes personales.
Por ello, dada la complejidad del mercado mundial a partir de las dos crisis mundiales señaladas, ha provocado que haya cierto interés para promover programas en los que se estudien los negocios y todas las herramientas necesarias para obtener un dominio que requiere cualquier joven profesional ejecutivo, a las que hay que sumar el estudio de las complejidades de la geopolítica que se está convirtiendo en una parte esencial del plan de estudios de algunas escuelas de negocios junto con sus ofertas más tradicionales.
El resurgimiento de los flujos internacionales de estudiantes sigue siendo irregular, de ahí que han sido muchas las escuelas que se han centrado más en sus mercados nacionales e incluso regionales.
Los conocimientos digitales y tecnológicos
Tanto la disrupción tecnológica como la sostenibilidad, están aún a esta altura del año 2022 en una fase de gran demanda. Pero siempre hay nuevas investigaciones sobre las implicancias que la propia evolución tecnológica tiene en las redes sociales, la presión que ello mete en las formas en que las empresas tienen que hacer sus negocios y llegar a su público objetivo, por lo que de manera constante tienen que estar revisando sus plataformas online para ver que no se produzcan distorsiones entre lo que la empresa está ofreciendo y lo que el mercado hasta ayer demandaba pero, hoy ya tiene otros valores que le hacen o cambiar de marca o de estilo en el consumo.
La velocidad del cambio hace que se le preste mucha atención a esta evolución. Desde ya que el factor globalización en materia de redes sociales es crucial, de la misma manera que poner en 24 hrs a la vista de todos, una nueva tendencia, es algo muy difícil de controlar, pero justamente, dentro de este proceso globalizador, las escuelas de negocio están formando a sus candidatos en toda esta revolución de contenidos y formas, en las que la forma a veces reviste más impacto que el propio contenido.
Los cambios del mercado laboral
Es indudable que los impactos en el comportamiento macro de las economías de los países, tienen consecuencias directas en el mercado laboral. Después de un período de “tecnología punta”, que tiene implicaciones para la capacitación, a medida que el crecimiento se desaceleraba en los últimos meses en diferentes regiones del mundo, empezando a volver tanto la Reserva Federal de Estados Unidos como el Banco Central Europeo de la UE a subir las tasas para controlar la inflación, se empezó a genera un desequilibrio entre algunas de las empresas más innovadoras de las fintech, lo que producía que algunas personas de carreras en negocios como criptografía y finanzas de “compre ahora, pague después” se volvieran a inclinar hacia la banca más tradicional por considerarlo un sector de más estabilidad en situaciones de crisis como la actual.
Los comportamientos de las diferentes escuelas de negocio, es obvio que divergen, no pueden todas reaccionar de la misma manera, pero algunas de ellas adoptando la tecnología de manera más activa, fueron capaces de aprovechar las lecciones del bloqueo para continuar enseñando más en línea. Esto lleva a que no en pocas situaciones se corresponda con la firme intención de atraer buenos profesores, especialmente algunos líderes empresariales que han destacado por su liderazgo para que dicten algún seminario, siendo todo este conjunto de acciones una respuesta clara en la búsqueda de más alumnos que estén en el aula.
Esto lleva que incluso programas de algunas escuelas que son considerados con una muy alta valoración académica por parte de los empleadores, así como los candidatos, se vean obligados a hacer ajustes de contenidos en función de las tendencias actuales que son de muy rápido cambio. Esto con frecuencia dificulta dicho ajuste, pero es imperativo no quedarse atrás en el tipo de oferta.
Veamos el caso de la afamada Wharton, que recientemente dio un paso para diferenciarse de su competencia al lanzar un EMBA global que se impartirá principalmente de forma remota (pero se cobrará el mismo precio). De esta manera contará entre sus filas con estudiantes que asistirán a algunas sesiones presenciales que se llevarán a cabo en diferentes ciudades para incrementar sus conocimientos, impactando también en sus respectivas redes sociales y facilitando que conozcan a sus profesores, para que en algunas ocasiones durante el curso se produzcan interrelaciones menos formales. Y esto los alumnos de un postgrado lo agradecen.
Es por ello que se ha alertado de parte de algunos analistas, que los empleadores en la era posterior a la pandemia empezaban a correr el riesgo de cometer errores si simplemente exigían que su personal regresara a tiempo completo a sus oficinas. ¿A qué se debió ésta situación? A que las organizaciones tenían necesariamente que considerar nuevos modelos combinados para la empleabilidad. No menos importante era la valoración que los empleados hacían sobre los lugares de trabajo, lo que era lógico que en la etapa post Covid exigieran nuevos diseños especialmente en cuanto a comodidad y funcionalidad, y, lo que es más importante, “la necesidad de reinventar los viejos hábitos de trabajo y gestión”.
Sin duda existen diversos modelos alternativos que incluyen oficinas que se convierten en instalaciones comunitarias fuera del horario laboral. Si vemos el caso de la sede de Lego en Dinamarca, al que se denomina “campus”.
Nada menos que 5 años tardó este grupo empresarial en la planificación y construcción del nuevo campus que se inauguraba el pasado mes de abril. Es una instalación de última generación en Billund, Dinamarca, sede de esta marca. El campus cuenta con 54.000 metros cuadrados y crea un lugar de trabajo innovador para 2000 empleados y un reducto lejos del hogar para todos los colegas del Grupo LEGO en el mundo.
Desde ya que está reflejando los valores del Grupo Lego, que se basan en la imaginación junto a la creatividad y la diversión. Todo ello es parte del aprendizaje. De ahí que el Campus haya sido diseñado para proporcionar un entorno lúdico, inclusivo y colaborativo que permite a los empleados desarrollar las mejores experiencias de juego para niños de todo el mundo.
Un elemento importante de este campus es la ‘Casa de la Gente’, un concepto desarrollado en estrecha colaboración con los empleados que brinda un espacio para que todos los colegas interactúen y jueguen durante y después de sus horas de trabajo.
No es casualidad que ejemplos como la sede de Lego en Dinamarca, se denominen “campus”. Las universidades y las escuelas de negocio también han ofrecido durante mucho tiempo un modelo para combinar trabajo, estudio y ocio, y por supuesto que necesitan evolucionar para su propia supervivencia, pero además de mantenerse en esa posición que hemos denominado desde esta tribuna como “seguir siendo relevantes” en su misión como instituciones de postgrado, su alter ego se basa en cuidar que esa ayuda que ofrecen a los candidatos para prepararse para los patrones, estructuras y organización cambiantes del trabajo, puedan ser cumplidas con eficacia.
Los MBA ejecutivos siguen siendo populares entre los mandos intermedios y directivos que están a mitad del desarrollo de su carrera en la organización en la que trabajan, o que están en ese momento crítico que quieren dar el paso para cambiar de empresa e incluso de sector.
Muchos de estos candidatos están ansiosos por reflexionar y aprender nuevas habilidades, que les sean útiles ya sea para ese ascenso que estaban esperando o para el nuevo destino cambiando de especialidad y de empleador. No son pocos los que están deseando crear su propia start-up. Un MBA da todas estas posibilidades de conocimiento y aplicación de lo aprendido. Por tanto, también este proceso globalizador del cual son agentes sociales y económicos de primer orden, les exige a las instituciones de postgrado adoptar una mayor flexibilidad en la contratación y el apoyo a una gama más diversa de solicitantes.
Globalización significa cada vez más colaboración entre las escuelas de negocio
No vamos a insistir en definir una vez más qué es la globalización. Lo único que pretendo hacer hoy es cómo encajan las escuelas de negocio en el proceso globalizador, de por sí imparable y que se ha incrementado mucho más de lo que imaginábamos cuando empezó en la última década del siglo XX. Sin duda, la tecnología ha tenido un papel preponderante para que tal proceso globalizador social, político y económico tuviera el alcance que finalmente ha tenido. De todos los elementos que contribuyeron a que llegase a una fase de desarrollo como el que la globalización ostenta hoy día, podemos afirmar que después de la disrupción tecnológica, hay un segundo puesto que comparten las organizaciones más punteras del mundo en cuanto a modernidad organizativa e implementación de la tecnología para hacerlas más eficientes y competitivas, con el que corresponde a las escuelas de negocio, que también como tantos otros sectores de la economía, la mayoría de las alianzas que se han producido en estos años consistieron en programas compartidos, aunque justamente ha sido la globalización la que ha significado una mayor colaboración entre las escuelas de negocios. Porque ellas han necesitado y aún necesitan ayuda porque saben que tienen la responsabilidad de formar líderes que puedan prosperar en el entorno empresarial cada vez más interconectado y complejo del presente.
Es por ello que a pesar de que hablemos que a escala global se requiere de escuelas también más globales y con una filosofía de negocio internacional, cuando se les enseña a los estudiantes cómo operar mejor en un mundo así, las escuelas luchan por ir más allá. Y en este punto crítico es normal que se conduzcan con cuidado, ya que incluso cuando algunas de ellas de gran importancia internacional que pueden darse el lujo de promocionar tanto su composición de estudiantes como de profesores que es también muy internacional, la realidad es que no pueden replicar todos los diversos contextos de negocios en todo el mundo para permitir que sus estudiantes comprendan verdaderamente las sutilezas de trabajar globalmente. En otros términos, las escuelas de negocios solo pueden dar a sus candidatos a obtener un MBA ejecutivo una parte de la muestra de lo que la globalización implica. La pregunta que nos hacemos hoy es ¿si esto es suficiente para el tipo de postgraduado que se está demandando en todos los mercados?
La experiencia me indica que, la interrelación de conceptos curriculares que conforman un programa con espíritu global, es mucho más complejo. Por esta razón, no podemos aplicar el reduccionismo habitual que se utiliza para explicar los problemas, por ejemplo, sociales y económicos. Esto se hace desde los informativos y demás medios masivos de comunicación. Pero en nuestro mundo de escuelas de negocio y académico en general, hay muchos flecos a tener en cuenta.
1º) Ser global es también se consciente que no se trata solo de comprender la interdependencia de los diferentes sistemas económicos, o saber cómo diseñar una cadena de suministro distribuida globalmente. Estos temas son relevantes, pero tienden a ser objetivos móviles.
2º) La clave para una buena gestión en un mundo global es tener una mente abierta, lo cual es mucho más difícil de enseñar porque es una actitud.
3º) Y lo que decimos de tener mente abierta no es solo algo que puede aprenderse, sino que hay que desarrollarla. Por ello, no solo son los estudiantes los que necesitan esta apertura mental, sin muy especialmente las escuelas de negocio respecto a las formas en que funcionan las diferentes partes del mundo.
4º) Comprender cómo diferentes personas enfrentan problemas similares y cómo pueden diferir sus criterios para resolver problemas.
5º) No se trata de juzgar si tu enfoque es mejor o peor, se trata de comprender el enfoque de otras personas. Esto nos lleva a un concepto también crítico en el liderazgo: la visión.
En un mundo tan interconectado, es crucial forjar alianzas con instituciones afines
Sin duda, los esfuerzos combinados por un lado y la experiencia formativa por el otro, ambos elementos requieren de alianzas beneficiosas para brindar no solo nuevas posibilidades empresariales, sino nuevas perspectivas de mercado con vistas a un alcance mucho mayor que la formación de postgrado tiene para cualquier región en la que se imparta. Dichas alianzas y filosofía empresarial, debe hacerles recordar que más allá de empresas tienen el deber de formar los nuevos dirigentes de mañana, que pueden marcar una gran diferencia en el éxito con el que el sector de la educación empresarial puede capacitar a los futuros líderes.
Intercambio de profesores y más colaboración
Aunque son muchas las escuelas de negocio que han establecido relaciones entre sí, a menudo estas se preocupan únicamente por desarrollar programas juntos. Lo que se necesita es una verdadera colaboración, la puesta en común de conocimientos y el intercambio de profesores para que las escuelas de negocio puedan contribuir al desarrollo de las demás: nos referimos a personas, el beneficio para las empresas contratantes de estos postgraduados y desde ya que la contribución que juntos harán a la región en la que operan.
Establecer alianzas efectivas con otras escuelas
Esto ayuda a las escuelas de negocio a tener esa mentalidad abierta que propugnamos, del mismo modo, que estará ayudando a que los estudiantes de postgrado con los nuevos conocimientos, herramientas y prácticas, abran las suyas. Se trata de una sinergia de apertura mental.
La estrecha colaboración con las escuelas de negocio que están profundamente arraigadas en determinados entornos locales y regionales, son un mecanismo idóneo para que la formación empresarial capte las realidades de la gestión y la sociedad a nivel local en otras partes del mundo.
Conocer qué es lo que sucede en otros mercados
La apertura en el sentido colaborativo institucional contribuye al conocimiento de todas las cuestiones más prioritarias que ocurren en esos mercados en los cuales se quiere actuar, para lo cual la firma de postgrado local se convierte en un instrumento imprescindible. Saber lo que sucede en otros mercados y cómo están operando. Esto solo lo conocen en profundidad las empresas locales.
Los estudiantes también pueden aprovechar una gama más amplia de entornos comerciales y experiencia, que es un bien altamente valorado por los empleadores en el entorno globalizador y cambiante de la actualidad.
Sumar recursos y aprendizaje conjunto
Cuando se producen alianzas, no es solo una cuestión de recursos sino el aprendizaje que se produce de una escuela hacia la otra y viceversa. Las sinergias tienen casi más valor que los propios recursos materiales. Desde ya que los RRHH son vitales y muy valorados, especialmente cuando hay un cuadro de docentes de gran categoría internacional.
También es cierto que son esenciales los procesos de alianzas, particularmente cuando se expanden a terrenos que pueden ser desconocidos para un socio. De ahí que cuánto mayor sean las diferencias entre ambas instituciones, cuestión que siempre tiende a homogenizarse a fin de obtener beneficios del tipo win win, en caso de que haya algunas diversidades no salvables, por la propia esencia de una escuela local, puede terminar resultando más productivas cuanto más asimétricas son, ya que la complementariedad es crucial para abrir nuestras mentes al resto del mundo.
Las relaciones duraderas entre las escuelas ayudan a fomentar la confianza
El conocimiento personal cercano y la colaboración entre los docentes y el personal son factores aglutinantes y en la medida que haya muchas más de estas alianzas, se podrá seguir garantizando que las escuelas de negocios sigan siendo aptas para su propósito y contribuyan conjuntamente al desarrollo de líderes empresariales responsables, además de la contribución probada durante años a la evolución social y económica de la región en la que actúan.
Por qué las escuelas de negocios necesitan innovaciones radicales: impulsores y trayectorias de desarrollo
La educación empresarial está experimentando cambios paradigmáticos, y las escuelas de negocio están sintiendo la peor parte de estos cambios. La realidad del mercado actual y especialmente las demandas de los empleadores en cuanto a los RRHH que requieren, es que el “negocio como siempre” ha terminado para las escuelas de negocios tradicionales. Utilizando las 3C de Ohmae (clientes, competidores y empresa) como marco analítico, vamos a examinar cambios importantes desde diferentes puntos de vista. Hay que tener en cuenta que el modelo 3C fue desarrollado por el especialista japonés en estrategia de empresa Kenichi Ohmae y se basa en la idea de que cualquier estrategia exitosa, que diseñe una organización, debe fundamentarse en tres actores principales:
– La propia empresa.
– El cliente.
– La competencia.
Solo integrando los tres elementos en un triángulo estratégico se puede conseguir, la ventaja competitiva sostenible. Este triángulo es el modelo 3C.
a) En cuanto a la dimensión de la empresa
En cuanto a la dimensión empresa, sin duda existe una gran cantidad y heterogeneidad de escuelas de negocio y lo aconsejable es que se encuadren dentro de un modelo de negocio en el que puedan diferenciarse de su competencia, como sigue:
– Hay un interés continuo y creciente en qué tipo de programas sobre temáticas más punteras y disruptivas están adoptando.
– Los administradores de escuelas de negocio deben administrar sus recursos para aumentar la reputación de la escuela, elevar los rankings, lograr o mantener acreditaciones internacionales y mantener o aumentar la financiación externa.
– La educación de las escuelas de negocio en particular, ha experimentado transformaciones importantes en los últimos diez años, en la que la tradicional formación orientada a la práctica, la disciplina empresarial se ha transformado y se ha convertido en un campo de estudio más científico y teóricamente sólido, tomando prestadas las tradiciones de otros campos relacionados, como la sociología, la psicología, las ciencias de la decisión y la economía.
b) En cuanto a la dimensión del cliente
Desde la perspectiva de los clientes, el foco está en los cambios tecnológicos y de valor.
c) En cuanto a la dimensión de la competencia
En términos de competidores, el análisis se centra en el creciente número de proveedores alternativos de educación empresarial y los cambios geográficos en el panorama de las escuelas de negocios.
Acerca de posibles caminos de desarrollo para las escuelas de negocio
Se requieren innovaciones radicales para seguir siendo relevantes. Si el mundo está cambiando, más aún tiene que cambiar para adecuarse a él los métodos y contenidos de los programas. Porque basta solo considerar los últimos diez años, para verificar que la educación empresarial ha experimentado cambios paradigmáticos, y las escuelas de negocios han venido sintiendo la peor parte de estos cambios.
Resurgimiento de la educación empresarial europea
Europa después de finalizada la Segunda Guerra Mundial estuvo influenciada netamente por el modelo americano de escuelas de negocio. Pero es recién la década de los 90 del siglo XX, que la educación empresarial europea llega a un punto álgido de independización del modelo americano y resurgimiento de la filosofía y modelos europeos natos, que, si bien no se divorcia absolutamente de lo que marcaban en primera posición las escuelas estadounidenses, sí introduce todas las necesarias realidades locales y diversas que caracterizan Europa, porque se trataba de formar y desarrollar dirigentes y futuros líderes europeos.
El Acuerdo de Bolonia
Proceso de Bolonia y Espacio Europeo de Educación Superior
¿Qué es el Proceso de Bolonia?
En 1999, la Unión Europea inició el proceso de Bolonia que transformó la educación superior europea y con ella la educación de las escuelas de negocios. El Acuerdo de Bolonia tenía como objetivo aumentar la comparabilidad y los estándares de los títulos europeos y estableció una división clara entre estudios de pregrado y posgrado
El Proceso de Bolonia pretende dar mayor coherencia a los sistemas de educación superior en Europa. Para este fin se estableció el Espacio Europeo de Educación Superior para facilitar la movilidad de estudiantes y personal, pero teniendo en cuenta también que la pretensión era hacer que la educación superior fuera más inclusiva y accesible, pudiendo lograrse que la educación superior en Europa fuera más atractiva y competitiva a escala mundial.
Como parte del Espacio Europeo de Educación Superior, todos los países participantes acordaron:
– Introducir un sistema de educación superior de tres ciclos, consistente en estudios de grado, máster y doctorado.
– Garantizar el reconocimiento mutuo de las cualificaciones y los períodos de aprendizaje en el extranjero completados en otras universidades.
– Aplicar un sistema de garantía de la calidad, a fin de reforzar la calidad y pertinencia del aprendizaje y la enseñanza.
Promover la movilidad de los estudiantes
Un objetivo central también fue promover la movilidad de los estudiantes entre diferentes campos de estudio, instituciones y naciones europeas.
Los sistemas de acreditación con sede en Europa, AMBA y EFMD
Estos sistemas desempeñaron un papel importante en la configuración de las distinciones entre los modelos de escuela de negocio de Estados Unidos y Europa, ya que sus criterios de acreditación difieren de los criterios de la AACSB con sede en Estados Unidos.
Tanto AMBA como EQUIS imponen requisitos más estrictos sobre la internacionalización y se centran en cómo las escuelas de negocios pueden diferenciarse de otras escuelas, mientras que AACSB se centra más en el diseño del plan de estudios.
La acreditación de triple corona
Esto puede explicar por qué la acreditación AMBA y, en consecuencia, la acreditación de triple corona (es decir, AACSB, AMBA, EQUIS) son buscadas principalmente por instituciones europeas y algunas asiáticas, mientras que solo una escuela de Estados Unidos es AMBA acreditada y ninguna tiene acreditación de triple corona.
Esta situación no ha cambiado hasta la fecha, siendo Hult International Business School la única escuela de negocios estadounidense que posee una acreditación de triple corona.
Las principales diferencias de enfoque europeos y estadounidenses
Se centra principalmente en las diferencias de contenido entre los enfoques estadounidenses y europeos de la educación empresarial y hay que tener en cuenta que la gestión intercultural, la gestión social y una perspectiva interdisciplinaria desempeñan un papel más importante en las escuelas de negocios europeas que en las estadounidenses.
Mirando una de las historias de éxito de Europa, el programa CEMS (Global Alliance of leading Business School), surgió a fines de la década de 1980 y fue pionero en un enfoque único para la educación en administración de postgrado, que incluye un semestre obligatorio en el extranjero en una de las universidades de CEMS, una pasantía en la industria en un socio corporativo de alto nivel y el requisito de hablar tres idiomas al graduarse del programa.
Las universidades CEMS que organizaron el primer Máster CEMS incluyeron a Bocconi, ESADE, HEC Paris, la Universidad de Colonia, RSM Erasmus University, la Universidad Católica de Lovaina, Copenhagen Business School, la Universidad de St. Gallen y la WU Vienna University of Economics and Negocio.
En 2008, el modelo se extendió más allá de Europa y se cambió el nombre de CEMS, de “Comunidad de Escuelas de Administración Europeas y Empresas Internacionales” a “La Alianza Global en Educación de Administración”.
Hoy en día, hay universidades CEMS en el sudeste asiático (Escuela de Economía y Administración de la Universidad de Tsinghua en Beijing, HKUST en Hong Kong y la Escuela de Negocios de la Universidad de Corea en Soul), en India (El Instituto Indio de Administración, Calcuta), en América Latina (Escola de Administação de Empresas de São Paulo da Fundação Getulio Vargas y Universidad Adolfo Ibáñez, Chile), y en África (The American University in Cairo School of Business y University of Cape Town Graduate School of Business). El representante de CEMS en Australia es la Escuela de Negocios de la Universidad de Sydney, el socio canadiense es la Escuela de Negocios Ivey y, en Estados Unidos, es la Escuela de Negocios Cornell SC Johnson.
En resumen:
El fenómeno imparable de la globalización puede sufrir más obstáculos en un futuro próximo, equivalentes a lo que hemos sufrido con el Covid o lo que está trayendo como consecuencias aún no valoradas en toda su implicación la Guerra de Ucrania, pero a pesar de todo, nuestro sector es uno de los más disruptivos en materia de NT’s, quizás también uno de los que estaba mejor preparado de todos los sectores empresariales para acelerar el proceso de transformación digital cuando todo…absolutamente todo tuvo que cambiarse a modelos online por consecuencias del confinamiento.
Asimismo, vemos que ha habido de parte de muchas escuelas de negocio en distintos países, alianzas y las que seguirá habiendo en el futuro, porque si existe una clase empresarial que sabe de cambios de paradigma justamente es nuestro sector.
Esto nos hace ser optimistas respecto a su futuro en las sociedades de todo el orbe, su contribución a crear empleo de calidad, siendo vital la formación y capacitación para una nueva generación de líderes que en breve en términos del horizonte 2030, serán los actores más decisivos en las tomas de decisiones empresariales y políticas. Cuidar nuestro sector es seguir apostando por la globalización, porque el conocimiento lo es por naturaleza.
Antonio Alonso, presidente de la AEEN (Asociación Española de Escuela de Negocios) y vicepresidente segundo de EUPHE (European Union of Private Higher Education)