Nuevas líderes para el mundo empresarial 4

Grupos de interés y sostenibilidad

En la cuarta y última parte de este serial, podremos abordar las reflexiones finales que la réplica a Mary Gentile nos ha generado.

Ella sostiene que durante el tiempo que ha estado involucrada en la educación gerencial, los críticos han criticado el “aislamiento” del conocimiento gerencial; es decir, la separación artificial y contraproducente de contabilidad, operaciones, marketing y finanzas.

La diferencia entre escalar posiciones en las organizaciones y subir rápidamente gracias a la formación y capacitación que brindas las escuelas de negocio

Del mismo modo, cree que durante décadas, se ha pedido una mayor atención a las diversas perspectivas de las partes interesadas, tanto internas como externas, en la toma de decisiones comerciales. Junto a ella nos preguntamos si esto ha cambiando y tomado cuerpo para que los diversos programas atiendan estos grupos de interés.

Además, el dato que tenemos delante nuestro, respecto al incremento en la voluntad de incorporar en la vida de las organizaciones la sostenibilidad, lo que junto a ella vemos cómo se está reconociendo simultáneamente a esta preocupación de la economía sostenible, una aparición constante de empresas de corta vida útil por no entender cuál es el camino a seguir, así como los impactos dañinos en los sistemas sociales y ecológicos como consecuencia de ello.

Gentile dice “pero estas preocupaciones han tenido poca influencia, hasta ahora, en la estructura general del plan de estudios típico de MBA”.

Sin embargo, cada pocas décadas, una ola de revisión y reforma curricular se extiende por las escuelas de negocios, y eso parece estar sucediendo ahora, cuestión que a escala local de España y más ampliamente en nuestro entorno europeo, podemos decir desde la AEEN que sí hay una carrera en este sentido.

Deberíamos preguntarnos si se están haciendo esfuerzos en este sentido. Y la experiencia que vamos recogiendo a nivel local de España y de nuestro entorno europeo, es que si se están  realizando algunos esfuerzos sorprendentes para abordar las preocupaciones sobre el aislamiento, la falta de perspectivas más amplias y, en particular, la insostenibilidad.

Y esta cuestión pasa por lo que varias escuelas a nivel internacional están desarrollando formas sistemáticas de incorporar los puntos de vista e intereses de múltiples partes interesadas, incluidos inversores, empleados y la comunidad en general, en los procesos y marcos de toma de decisiones que enseñan a sus estudiantes.

El alcance de la sostenibilidad

Cuando Gentile aborda el tema de la sostenibilidad, está haciendo una advertencia sobre el alcance que se le da a la misma. Dice que “la idea de sostenibilidad, que originalmente se asoció con el medio ambiente natural, ahora se vincula con impactos sociales más amplios y cubre temas como el microcrédito en regiones en desarrollo, mantener relaciones respetuosas con las comunidades en las que una empresa ubica sus instalaciones y cuidar el manejo información personal de los clientes de una empresa”.

Desde ya que compartimos esta amplitud de miras, porque es el camino en que la sostenibilidad se convierta en un instrumento para la búsqueda de un compromiso (cumplir un objetivo) concreto de procesos productivos y empresariales en general que sean sostenibles.

Como Gentile dice, “permite una mayor discusión de los riesgos asociados con el ahora predominante énfasis gerencial a corto plazo, trimestre por trimestre”.

Cuando introduce la cuestión del interés de los accionistas y su lógica búsqueda de maximización de beneficios, Gentile cree que las discusiones sobre sostenibilidad también ofrecen una oportunidad explícita para hablar sobre un propósito corporativo que va más allá de maximizar las ganancias para los accionistas.

Por ello es interesante ver algunos casos concretos junto a la mirada de Gentile, como el de la Escuela de Administración de Yale, que ha rediseñado su plan de estudios básico en torno a ocho cursos de “Perspectivas organizacionales”.

Cuatro de estos cursos toman el punto de vista externo: Inversionista, Cliente, Estado y Sociedad y Competidor. Y cuatro adoptan la perspectiva interna: innovadores, motor de operaciones, empleado y abastecimiento y gestión de fondos.

Al organizar el plan de estudios de esta manera, Yale ha desafiado a su facultad a cruzar las barreras de sus campos de estudio.

“No vamos a eliminar las disciplinas por completo. Los estamos colocando en un nuevo contexto”, explicó Dean Joel Podolny.

“Si hablas con inversores, te dirán que para ser inversor tienes que saber finanzas. Pero también le dirán que la inversión se trata de poder averiguar de dónde vienen las ganancias futuras. Bueno, para comprender las ganancias futuras, debe comprender la estrategia [y] las organizaciones, y tener la capacidad de analizar el liderazgo. En el momento en que adopta la perspectiva del inversor, como la tenemos en el nuevo plan de estudios, comienza a pensar en preguntas como “¿Cuáles son las diferentes clases de inversores? ¿En qué están optimizando? ¿Qué información necesitan? ¿Cuáles son las cosas que un gerente necesitaría saber para involucrar a esos diferentes componentes?”.

Un punto de vista que nos parece interesante, es cuando Gentile afirma que “cuando anclas el curso en la disciplina funcional de las finanzas, podrías cubrir algunas de esas preguntas eventualmente, pero no surgen de la disciplina”. Pero sí surgen del contexto de un directivo y/o líder que intenta involucrar al inversionista.

Adoptar la perspectiva del inversor de esta manera matizada permite abordar cuestiones sobre la maximización del valor para los accionistas que pueden perderse en el plan de estudios típico: cuestiones sobre la diversidad de los objetivos de los accionistas; la exigencia del mercado de información transparente y precisa; los problemas de información asimétrica, externalidades y marcos de tiempo conflictivos; etcétera.

Estas preguntas tienen importantes implicaciones para los negocios y ahora las escuelas tienen un contexto, un lenguaje y una lente para plantearlas en el plan de estudios básico.

Integrando campos de conocimiento

Siempre hemos defendido desde la AEEN la importancia de integrar los diversos campos de conocimiento a través de una comunicación y actuación coordinada de profesores, programas y alumnos.

Gentile cree que uno de los aspectos más beneficiosos de esta nueva estructura es que obliga a los profesores a comunicarse entre disciplinas cuando enmarcan un problema en el aula, lo que exige la integración de ideas y la traducción en todos los campos.

Estirarse para encontrar puntos en común ayuda a los profesores a enmarcar su investigación de manera que los estudiantes vean las implicaciones prácticas.

Por ejemplo, un estudio sobre los patrones de tenencia de diferentes clases de inversionistas puede parecer “torpe” para un estudiante de finanzas al que se le asigna un artículo revisado por pares; sin embargo, cuando se vincula a la estrategia, de repente se vuelve relevante para el caso de un CEO que hace pública una empresa.

Otra pregunta que surgen en el análisis de Gentile y que nosotros la hacemos efectiva a nuestro entorno, es ¿cómo puede ese director ejecutivo estructurar el road show de los inversores para atraer a los tipos de accionistas que aceptarán una estrategia empresarial a largo plazo?

Y esto es clave para cuando los estudiantes adquieren una habilidad comunicacional efectiva en una variedad de funciones, posiciones y perspectivas. Porque tienen que aprender a expresar de manera convincente la necesidad de un capital paciente, que crea en el medio plazo y la sostenibilidad.

Gentile nos muestra que para el programa de MBA de la Washington State University (WSU), “Liderazgo centrado en las partes interesadas para el éxito empresarial sostenido”, lanzado en el otoño de 2007, los diseñadores del plan de estudios pasaron tres años hablando con ex alumnos, líderes empresariales, estudiantes y profesores para recopilar datos, probar hipótesis y evaluar su progreso.

¿Qué es lo que la diferenció de Yale?

Parece que algo muy simple: a diferencia de Yale, la escuela de Washington ha conservado la mayoría de sus cursos tradicionales de MBA, pero ha revisado el plan de estudios de cada curso para incorporar las opiniones de las partes interesadas de una organización y construir sobre la idea de que el núcleo del propósito de cualquier empresa es la sostenibilidad a largo plazo, que la escuela describe como “el proceso de equilibrar las expectativas de las partes interesadas con el plan estratégico para lograr la combinación óptima de recursos para el desempeño a largo plazo”.

El cuerpo docente de WSU determinó que cualquier esfuerzo por integrar una orientación a las partes interesadas en la práctica empresarial requería una metodología rigurosa, relevante y responsable para gestionar las inevitables decisiones de compensación que surgen una vez que una empresa va más allá del objetivo único de maximizar el valor para los accionistas.

Los objetivos de aprendizaje

Y este punto nos parece de sumo interés, para que tengamos en cuenta en las actualizaciones de programas en nuestro entorno europeo. Nos referimos a cómo en la Wahsington State University desarrollaron objetivos de aprendizaje centrados en las partes interesadas para cada uno de los cursos requeridos en su plan de estudios.

Es evidente que estos objetivos incluían identificar las necesidades de recursos de una organización y las partes interesadas que suministran o controlan esos recursos. Pero además, se preocuparon por ver cuáles eran los impactos potenciales de la organización en esas partes interesadas.

Aún, lo más importante de esa inclusión, era  un modelo para comprender cómo la estrategia de la organización influiría en las relaciones con las partes interesadas y, por tanto, en la disponibilidad de recursos.

En cada curso, los estudiantes hablan explícitamente sobre las formas en que una estrategia corporativa puede tener éxito en el mercado y aún así satisfacer las necesidades de una variedad de personas críticas, incluidos inversores, empleados y clientes, precisamente porque reconoce a estos grupos como recursos.

Por ejemplo, el curso de contabilidad ahora se enfoca en el diseño de sistemas de medición de control organizacional, enfatizando que lo que una empresa elige medir, en este caso, las contribuciones de las partes interesadas y los requisitos que rastrea, determina su capacidad para pronosticar con precisión el desempeño.

Y un nuevo curso, Gestión de asociaciones de la cadena de valor, enfatiza la construcción y gestión de relaciones a largo plazo y de beneficio mutuo con socios de alianza, proveedores y distribuidores.

La escuela también ha creado un curso obligatorio introductorio, que abarca partes interesadas, recursos y ventaja competitiva, que establece su marco teórico basado en recursos, y un curso obligatorio llamado Ética empresarial y partes interesadas públicas que sirve como piedra angular de todo el plan de estudios.

Finalmente, como un ejemplo del énfasis en evolución en la implementación y los principios, WSU está creando un curso sobre negociaciones y participación de las partes interesadas que se enfoca en cómo los gerentes comunican y ponen en práctica una estrategia de partes interesadas sostenible una vez que la han construido.

Antonio Alonso, presidente de la AEEN (Asociación Española de Escuela de Negocios) y secretario general de EUPHE (European Union of Private Higher Education)

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