La persistencia es esencial para los estudiantes de postgrado

¿Qué es la persistencia?

El factor más importante que determina si alguien completará grandes proyectos, por ejemplo, como puede ser el trabajo de final de un MBA (TFM), que es un proyecto o estudio que realiza un alumno, con la supervisión de un tutor, donde se muestran y se aplican los conocimientos adquiridos durante el máster cursado, sin duda es la persistencia. ¿Qué significa en realidad? Es la capacidad de continuar trabajando a pesar de los obstáculos o desafíos en el camino. La doctrina y todas las investigaciones al respeto que han abordado el concepto e implicancia de la persistencia, han encontrado que la capacidad o el talento no son los factores más importantes para determinar el éxito.

La doctrina y todas las investigaciones al respeto que han abordado el concepto e implicancia de la persistencia, han encontrado que la capacidad o el talento no son los factores más importantes para determinar el éxito

 

Y esto es mucho decir, ya que sin duda una persona talentosa tiene todas las papeletas para salir siempre ganando, en los estudios y en el trabajo. Pero según los investigadores que han denominado “valor”, o la capacidad de persistir a pesar de los contratiempos, es el factor determinante para que se corone el éxito o un buen resultado en cualquier proyecto que el estudiante de postgrado tenga entre manos. Desde ya, que también esta virtud será esencial en sus inicios profesionales en un puesto de trabajo del que desconoce las funciones que hay que realizar, y que además debe esforzarse para estar en el nivel de los otros compañeros de equipo en un lapso muy corto. Las organizaciones no esperan demasiado cuando se trata de entrenamiento del personal, por lo que la persistencia del candidato se convierte en un factor determinante.

Existen distinciones importantes entre la persistencia y la procrastinación, aunque ambas afectan la finalización de grandes proyectos.

La procrastinación se caracteriza por lo siguiente:

– La evitación de las tareas diarias.

– Dificultad para iniciar tareas.

– Incapacidad para permanecer en las tareas una vez que el trabajo ha comenzado.

– Depender de los plazos para acelerar el trabajo.

– Se distrae fácilmente con tareas sin importancia.

Es evidente que, para los estudiantes de postgrado, las tareas corresponden a todo lo inherente a los trabajos encargados por los profesores, además de las horas de estudio neto dedicadas a cada asignatura.

La persistencia se caracteriza, en otras virtudes, por la capacidad de trabajar (estudiar) durante largos períodos de tiempo a pesar de los desafíos, así como la resiliencia para superar desafíos y obstáculos

 

La persistencia se caracteriza por lo siguiente:

– La capacidad de trabajar (estudiar) durante largos períodos de tiempo a pesar de los desafíos.

– La resiliencia para superar desafíos y obstáculos.

– El autocontrol necesario para resistir las distracciones.

– Experimentar la meta a largo plazo como algo significativo, importante y que “vale la pena”.

– Un compromiso de seguir trabajando (estudiando) en cualquier momento a pesar de las dudas.

– Percibirse a sí mismo como “a cargo” del trabajo/estudio independientemente de los desafíos.

La capacidad de ser persistente es una habilidad que se puede desarrollar con la práctica

Siempre es de gran utilidad saber identificar los desafíos que puedes haber experimentado con persistencia en el pasado y considerar formas de fortalecer estas habilidades.

¿Por qué es importante la persistencia para los estudiantes?

La persistencia se evidencia por la voluntad de continuar intentándolo frente al desafío. Para los estudiantes, esta persistencia puede ser una fuerza impulsora para ayudarlos a alcanzar sus metas académicas y personales. La idea de persistencia frente a la adversidad a menudo se describe como el resultado de una alta motivación.

¿Qué significa la persistencia en la educación superior y de postgrado?

En la educación superior, las tasas de persistencia muestran la capacidad de un estudiante para continuar al siguiente período. Cada estado y sistema escolar tendrá su propia definición de lo que significa que un estudiante persista.

Persistencia vs. retención: definiciones y diferencias

Algunas características la persistencia

Aquí vamos a ver un ejemplo de lo que se puede encontrar en muchos sistemas educativos y en programas de escuelas de negocio en diferentes países, aunque, quizás te parezca un galimatías lo que vamos a describir, pero es una realidad que pone en evidencia lo que significa en los hechos la persistencia en un estudiante de postgrado. Por ejemplo, en el MBA que está cursando un estudiante de postgrado que está presente y comprometido en el día 1 de inicio de curso y también lo está en el último día del cuso del ciclo de ese período 1, siendo igualmente activo y comprometido, pensando ya en los resultados que su dedicación y esfuerzo le brindarán en su carrera profesional.

La capacidad de ser persistente es una habilidad que se puede desarrollar con la práctica y siempre es de gran utilidad saber identificar los desafíos que puedes haber experimentado con persistencia en el pasado y considerar formas de fortalecer estas habilidades

 

¿Qué es la Retención?

Al igual que con las tasas de persistencia, la definición de retención en los estudios universitarios variará de un país a otro y de un sistema a otro. En general, la educación superior define la retención como una de las siguientes:

– Los estudiantes son retenidos desde el período de otoño en el año 1 hasta el período de primavera en el año 4.

Esto implica que las tasas de retención son una de las medidas más importantes en la educación superior por dos razones:

– Es mucho más fácil y económico para una universidad retener a sus estudiantes actuales que reclutar nuevos.

– La cantidad de financiamiento que recibe una institución depende de su capacidad para retener a los estudiantes.

¿Cuál es la diferencia entre persistencia y retención?

Donde las tasas de persistencia miden la capacidad de un estudiante para continuar al siguiente período, las tasas de retención son para todo el campus y muestran la capacidad de una institución para retener a los estudiantes. Insistimos: esto es válido para los estudios universitarios y de postgrado, aunque sin duda, las tasas más elevadas de falta de retención, se da en los estudios de grado, porque cuando el candidato decide abordar sus estudios de postgrado entran en juego otras responsabilidades, generalmente laborales, que le exigen un esfuerzo adicional por el que no está dispuesto a perder el tiempo, y si puede acortar el ciclo de sus estudios, seguro que lo hará.

Los estudiantes que persisten hasta el final del período o hasta la graduación tienen un efecto positivo en las tasas de retención. Pero en algunas circunstancias, si un estudiante persiste, no necesariamente beneficia las tasas de retención. La persistencia para un estudiante podría significar que se transfiera de la Universidad A a la Universidad B. Entonces, aunque el estudiante continúa su educación, la Universidad A se verá afectada por su retención ya que el estudiante se transfirió.

Hacia la finalización de una calificación

La persistencia del estudiante se puede definir como la continuación de la inscripción y el progreso de los estudiantes hacia la finalización de una calificación.

A nivel mundial, hay un número creciente de estudiantes de postgrado. Con el aumento del número de inscripciones de postgrado, se estima que la deserción de dichos programas es del 40 al 50 % en la mayoría de los países del mundo. Esto afecta a universidades y escuelas de negocio. Si se tienen en cuenta las cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU, 2020), la pandemia ha afectado a casi 1.600 millones de alumnos en más de 190 países en todos los continentes, es decir, el 94 % de los estudiantes de todo el mundo, una cifra que asciende al 99 % en países de bajo y mediano ingreso.

No solo existe la probabilidad de que 23,8 millones de niños y jóvenes del nivel preescolar al postsecundario podrían haber abandonado la escuela o no haber tenido acceso a ella en el año 2021, también entra en juego la deserción universitaria en los centros de educación superior.

Se entiende como deserción universitaria aquel fenómeno mediante el cual los estudiantes abandonan los estudios de forma voluntaria o forzada dentro del sistema educativo. En el caso español en cuanto a los estudios de postgrado, los datos que se barajan de los responsables de las escuelas de negocio, estaría en una horquilla de entre el 15 y el 20% para la formación online y en programas presenciales se estima que no llega al 5%.

La alta deserción de estudiantes de postgrado tiene un gran impacto en los recursos nacionales y roba al mercado laboral personal altamente calificado, lo que resulta en la pérdida de inversiones financieras y conocimientos.

La persistencia de los estudiantes hasta completar sus estudios de pregrado y postgrado es vital para las instituciones académicas, la sociedad y la economía.

Las instituciones de educación superior reciben fondos en función del número de estudiantes universitarios y postgraduados que producen. El impacto de la falta de finalización en los programas de pregrado y postgrado da como resultado una disminución de la financiación y afecta la asignación de recursos.

Frente a esta caída en la continuidad de los estudios universitarios, es dónde entra el valor que asumen realmente los estudios de postgrado, especialmente en los ámbitos privados, que facilitan además el aprendizaje online ahora más que nunca como consecuencia de la aceleración de la transformación digital que la pandemia ha impuesto a la sociedad, lo que al haber más opciones (oferta de escuelas de negocio) y más flexibilidad de formatos de estudio (presencial convencional y formas combinadas de online con presencial o de manera exclusiva el formato remoto) que de alguna manera contienen (evitan mayores fugas) la cuota de fracaso o abandono en los niveles de postgrado, especialmente cuando los estudiantes están cursando diversas especialidades de MBA’s.

Además, el efecto de la persistencia de los estudiantes a nivel social y económico se puede observar en la producción de una fuerza laboral altamente calificada que es capaz de generar ideas avanzadas y creativas para mejorar la economía y la sociedad.

Para los estudiantes, esta persistencia puede ser una fuerza impulsora para ayudarlos a alcanzar sus metas académicas y personales

 

Factores relacionados con los estudiantes y las instituciones académicas

La persistencia de los estudiantes hasta completar los programas de postgrado se asocia con factores relacionados con los dos universos que dan vida a la formación empresarial: por un lado, con los estudiantes; por el otro, las instituciones académicas que incluyen, por supuesto, a las escuelas de negocio por la relevancia de sus programas y la calidad de su cuerpo docente. Sin duda, un factor determinante para su prestigio, es la demanda de parte de los empleadores, que buscan profesionales con formación de postgrado para que esté en condiciones de ocupar puestos de responsabilidad en breve. Esta es una tendencia muy marcada: entran en un puesto de alta responsabilidad, se van capacitando y entrenando, pasan a coordinar y supervisar personal, y en término de dos a tres años están en posición de jefes (mandos intermedios) con bastante personal a su cargo.

Factores relacionados con los estudiantes

Los factores relacionados con los estudiantes comprenden la edad, la gestión del tiempo, el tiempo transcurrido desde la última carrera, los enfoques de aprendizaje y las conexiones sociales, como compañeros, familia y empleador.

Factores relacionados con las instituciones

Los factores relacionados con las instituciones académicas incluyen: el modo de estudio, es decir, si los estudiantes están matriculados a tiempo completo o parcial, el apoyo del profesorado y la integración académica.

En el caso español en cuanto a los estudios de postgrado, los datos que se barajan de los responsables de las escuelas de negocio, estaría en una horquilla de entre el 15 y el 20% para la formación online y en programas presenciales se estima que no llega al 5%

 

Desde la retención a la persistencia

Tres experiencias importantes dan forma a la motivación de los estudiantes para permanecer en la universidad y/o en la institución de postgrado y finalizar su curso sin inconvenientes, graduándose.

Durante años, nuestra visión predominante de la retención de estudiantes ha sido moldeada por teorías que ven la retención de estudiantes a través de la lente de la acción institucional y preguntan qué pueden hacer las instituciones para retener a sus estudiantes. Los estudiantes, sin embargo, no buscan ser retenidos. Buscan persistir. Las dos perspectivas, aunque necesariamente relacionadas, no son lo mismo. Sus intereses son diferentes.

La persistencia como forma de motivación

Si bien el interés de la institución es aumentar la proporción de sus estudiantes que se gradúan de la institución, el interés del estudiante es completar un título, a menudo sin tener en cuenta el colegio o la universidad o la escuela de negocio en la que se obtuvo. Cuando se ve desde la perspectiva de los estudiantes, la persistencia es solo una forma de motivación.

Los estudiantes deben ser persistentes en la búsqueda de sus títulos y estar dispuestos a esforzarse para lograrlo, incluso cuando se enfrentan a los desafíos que a veces encuentran. Sin motivación y el esfuerzo que engendra, la persistencia es poco probable, aparte de la acción institucional.

El efecto de la persistencia de los estudiantes a nivel social y económico se puede observar en la producción de una fuerza laboral altamente calificada que es capaz de generar ideas avanzadas y creativas para mejorar la economía y la sociedad

 

Adoptar la perspectiva de los estudiantes

Para promover una mayor finalización de los estudios, las instituciones deben adoptar la perspectiva de los estudiantes y preguntarse no solo cómo deben actuar para retener a sus estudiantes, sino también cómo deben actuar para que más estudiantes deseen persistir hasta la finalización. Las dos preguntas, si bien están necesariamente vinculadas, no conducen al mismo tipo de conversaciones sobre la acción institucional. Esto último, que rara vez se pregunta, requiere que las instituciones entiendan cómo las experiencias de los estudiantes dan forma a su motivación para persistir y, a su vez, qué pueden hacer para mejorar esa motivación. Es claro, que en el caso de las escuelas de negocio, la adaptación permanente de los componentes curriculares de los programas, alto nivel de especialización y actualización, así como la incorporación de las nuevas tendencias que se exigen tanto desde las organizaciones empleadores como de la sociedad en su conjunto, tal el caso de la inclusión, integración, sostenibilidad, etc., se convierten en elementos esenciales para la decisión de cuál es el programa y la institución de postgrado finalmente elegida.

La respuesta a esa pregunta está lejos de ser simple

Muchas experiencias dan forma a la motivación de los estudiantes para persistir, no todas las cuales están dentro de la capacidad de las instituciones para influir fácilmente (por ejemplo, eventos fuera del campus que alejan a los estudiantes de la persistencia). Pero de los que sí lo son, tres se destacan por ser fundamentales para la motivación de los estudiantes:

– La autoeficacia de los estudiantes.

– El sentido de pertenencia.

– El valor percibido del plan de estudios.

Sin duda, un factor determinante para su prestigio, es la demanda de parte de los empleadores, que buscan profesionales con formación de postgrado para que esté en condiciones de ocupar puestos de responsabilidad en breve

 

Autoeficacia

La autoeficacia se refiere a la creencia de una persona en su capacidad para tener éxito en una tarea particular o en una situación específica. Es una manifestación de cómo las experiencias pasadas dan forma a cómo los individuos llegan a percibirse a sí mismos y su capacidad para tener cierto grado de control sobre su entorno.

La autoeficacia se aprende, no se hereda

Es maleable, no es fija. No es generalizable en el sentido de que se aplica a todas las tareas y situaciones, pero puede variar según la tarea o situación particular en cuestión. Una persona puede sentirse capaz de tener éxito en una tarea, pero no en otra.

Cuando se trata de la creencia de los estudiantes de postgrado en su capacidad para tener éxito en una escuela de negocio, un fuerte sentido de autoeficacia promueve el logro de metas, mientras que un sentido débil lo socava. Es una elección muy personal, pero digamos que casi imprescindible es la decisión de elegir el camino del esfuerzo, lo que conlleva una vez más a una presencia dura de la persistencia.

Mientras que las personas con alta autoeficacia se involucrarán más fácilmente en una tarea, se esforzarán más en ella y persistirán más tiempo en completarla, incluso cuando encuentren dificultades, las personas con baja autoeficacia tenderán a desanimarse y retraerse cuando se encuentren con dificultades. Aunque muchos estudiantes, por ejemplo, de un MBA, puedan estar confiados en su capacidad para tener éxito, muchos no lo hacen, en particular aquellos cuyas experiencias pasadas los llevan a cuestionar su capacidad para tener éxito en sus estudios, así como aquellos que experimentan amenazas de estereotipos que los etiquetan como menos propensos a tener éxito.

Pero incluso aquellos que ingresan a la universidad o a la escuela de negocio confiados en su capacidad para tener éxito pueden enfrentar desafíos que sirven para debilitar su sentido de autoeficacia. Eso es particularmente cierto durante el crucial primer año en la universidad cuando los estudiantes buscan adaptarse a las mayores exigencias, pero no es menos cierto en las primeras semanas de cursar un master, sea presencial u online de un MBA de año de duración. Lo que importa para el éxito en ese año, sin embargo, no es tanto que los estudiantes crean en su capacidad para tener éxito, sino que lleguen a creer que pueden lograrlo como resultado de sus primeras experiencias. Encontrarse cómodos en su sitio y proyectando un resultado personal exitoso en sus mentes. Esta imagen hacer persistir, incluso, al que tenía ciertas dudas en el inicio.

Por tanto, si bien es importante que las instituciones de postgrado desafíen las etiquetas existentes que señalan que algunos estudiantes tienen menos probabilidades de tener éxito que otros, es igualmente importante que los estudiantes puedan obtener el apoyo oportuno que necesitan para tener éxito cuando encuentran dificultades tempranas para cumplir con los requisitos académicos, a veces sociales, u otras exigencias que imponga la institución de postgrado.

Para ser efectivo, dicho apoyo debe ocurrir antes de que las dificultades de los estudiantes socaven su motivación para persistir; de ahí la necesidad de que las instituciones empleen sistemas de alerta temprana que, cuando se implementan correctamente, alerten a los profesores y al personal sobre algún o algunos de los estudiantes con dificultades y activen el apoyo cuando sea necesario. Las calificaciones intermedias no servirán. Aquí el tipo de apoyo de parte de la institución se diferenciará claramente entre la etapa universitaria y la de postgrado. En las escuelas de negocio, la pertenencia a una comunidad de compañeros que están unidos por los proyectos compartidos y trabajos realizados en conjunto, facilita mucho la respuesta que coordinadores académicos y/o profesores puedan brindar a alumnos de manera individual o grupal.

Una tendencia muy marcada: entran en un puesto de alta responsabilidad, se van capacitando y entrenando, pasan a coordinar y supervisar personal, y en término de dos a tres años están en posición de jefes (mandos intermedios) con bastante personal a su cargo

 

Sentido de pertenencia

Si bien creer que uno puede tener éxito en la universidad o en un curso de postgrado de una escuela de negocio, lo que es esencial para concluir los estudios es la persistencia hasta la finalización, aunque por sí sola tampoco garantiza los buenos resultados.

Para que eso ocurra, los estudiantes deben llegar a verse a sí mismos como miembros de una comunidad de otros estudiantes, profesores y personal que valoran su membresía, que importan y pertenecen. De ahí el término “sentido de pertenencia”. El resultado a menudo se expresa como un compromiso que sirve para vincular al individuo con el grupo o la comunidad, incluso cuando surgen desafíos. Es aquí donde importa el compromiso con otras personas en el campus o en el aula, sea presencial o virtual. La existencia de grupo humano lo es de ambas formas. Pero más importante aún son las percepciones de los estudiantes sobre esos compromisos y el significado que derivan de ellos en cuanto a su pertenencia.

Si bien el sentido de pertenencia puede reflejar las experiencias previas de los estudiantes, está más directamente moldeado por el clima general que existe entre los compañeros y sus interacciones diarias con otros estudiantes, profesores, personal de la escuela, así como los mensajes que transmiten esas interacciones.

Los estudiantes que se perciben a sí mismos como pertenecientes tienen más probabilidades de persistir porque no solo conduce a una mayor motivación, sino también a la voluntad de involucrarse con otros de maneras que promuevan aún más la persistencia. Por contrario, la sensación de no pertenencia de un estudiante, de estar fuera de lugar, conduce a un retiro del contacto con los demás que socava aún más la motivación para persistir.

Lo mucho que las escuelas de negocio pueden hacer

Aquí hay mucho que se puede hacer. Primero, las direcciones de las escuelas de negocio deben asegurarse de que, todos los estudiantes de postgrado vean la institución como acogedora y solidaria, que la cultura sea de inclusión. Pueden hacerlo no solo hablando de temas de exclusión, sino también promoviendo aquellas formas de actividad que requieren experiencias académicas y sociales compartidas.

En el ámbito académico, eso puede tomar la forma de programas de cohorte y comunidades de aprendizaje. Dentro de las aulas, puede significar el uso de pedagogías como el aprendizaje cooperativo y basado en problemas que requieren que los estudiantes aprendan juntos como socios iguales.

En el ámbito social, las instituciones de postgrado pueden tomar medidas para proporcionar una diversidad de grupos sociales y organizaciones que permitan a todos los estudiantes encontrar al menos una comunidad más pequeña de estudiantes con quienes comparten un vínculo común.

Independientemente de cómo promuevan el sentido de pertenencia de los estudiantes, las instituciones deben abordarlo desde el comienzo del viaje de los estudiantes, de hecho, tan pronto como ya tengan nota de la orientación que el candidato va a elegir. Como es el caso de la autoeficacia, el desarrollo de un sentido de pertenencia facilita otras formas de compromiso que mejoran el desarrollo, el aprendizaje y la culminación de los estudiantes.

El interés del estudiante es completar un título, a menudo sin tener en cuenta el colegio o la universidad o la escuela de negocio en la que se obtuvo. Cuando se ve desde la perspectiva de los estudiantes, la persistencia es solo una forma de motivación

 

Valor percibido del plan de estudios

Las percepciones de los estudiantes sobre el valor de sus estudios también influyen en su motivación para persistir. Aunque lo que constituye valor está sujeto a mucho debate, el problema subyacente es claro: los estudiantes necesitan percibir que el material que se va a aprender es de suficiente calidad y relevancia para justificar su tiempo y esfuerzo. Esto situación obviamente se da en todos los niveles de estudios superiores, no solo en las escuelas de negocio. Cuando están persuadidos de que la institución, sea universidad o escuela de negocio, ha hecho y está haciendo los esfuerzos e inversiones por la calidad de la enseñanza, solo entonces estarán motivados para utilizar ese material de manera que promuevan el aprendizaje y, a su vez, la persistencia. Aquellos programas o metodologías de enseñanza que se consideren irrelevantes o de baja calidad, a menudo arrojarán el resultado opuesto.

Diferentes criterios y diferentes asignaturas

Abordar este problema es un desafío, aunque solo sea porque las percepciones de los estudiantes sobre el plan de estudios varían no solo entre los diferentes estudiantes, sino también entre las diferentes materias que se les pide que aprendan. Pero hay pasos que las instituciones pueden y deben tomar. En primer lugar, las instituciones deben asegurarse de que los estudiantes se inscriban en un campo de estudio adecuado a sus necesidades e intereses, que encuentren el material de esos cursos lo suficientemente desafiante como para justificar su esfuerzo y, con apoyo académico, que estén razonablemente a su alcance para dominar. En segundo lugar, deben asegurarse de que el plan de estudios incluya las experiencias e historias de los estudiantes a quienes se les pide que estudien ese plan de estudios. En tercer lugar, las instituciones, específicamente el cuerpo docente, deben ser explícitos al demostrar cómo las materias que se les pide a los estudiantes que aprendan pueden aplicarse a situaciones significativas de manera que tengan relevancia para los problemas que les conciernen. Esto es particularmente importante en los cursos introductorios de primer año, ya que sirven como puertas de entrada a los cursos siguientes. Con demasiada frecuencia, las conexiones significativas en esos cursos se dejan para que los estudiantes las descubran. En el caso de la formación de postgrado, los que cursan una especialización, por ejemplo, como un MBA en finanzas, van a querer contar con conocimientos adquiridos y experiencias transmitidas de sus profesores, que les hagan vivir la realidad empresarial, sumado a acuerdos que la escuela de negocio tenga con determinadas empresas para que hagan sus prácticas.

Una forma de hacer esas conexiones es usar pedagogías, como el aprendizaje basado en problemas y proyectos, que requieren que los estudiantes apliquen el material que están aprendiendo para resolver problemas concretos o para completar un proyecto que enmarque la clase. Otra es a través de la contextualización, donde se les pide a los estudiantes que aprendan material dentro del contexto de otro campo, como es el caso de la educación para el desarrollo, donde las habilidades básicas se enseñan en el contexto de otra área de estudio. En este y otros casos similares, es más probable que los estudiantes quieran aprender habilidades básicas porque les ayuda a aprender un tema que les interesa. Uno promueve el aprendizaje del otro.

El uso de comunidades de aprendizaje.

Las universidades y las escuelas de negocio también pueden lograr la contextualización mediante el uso de comunidades de aprendizaje. Cuando se implementa correctamente, los estudiantes universitarios se registran conjuntamente en dos o tres cursos que están vinculados a través de un tema, problema o proyecto que brinda un tema unificador a la comunidad. Estos vínculos de cursos múltiples pueden proporcionar no solo apoyo académico y social, sino también promover una forma de aprendizaje interdisciplinario que no se logra fácilmente en cursos independientes. En las escuelas de negocio, tienen que cursar simultáneamente asignaturas como marketing, RRHH, finanzas, así como una serie de contenidos que entran en la categoría de habilidades blandas, por lo que los diferentes módulos con sus componentes teórico y prácticos, a lo que se le suma la colaboración en proyectos conjuntos con otros alumnos de ese curso, hace que se acostumbren con naturalidad al intercambio de información y conocimientos, además de hacer este traspaso de experiencias en las que el formador pasa a ser un moderador sobre la evolución del aprendizaje, independientemente de su labor de transmisor de conocimientos.

Para que no se olvide, el objetivo de la persistencia no es simplemente que los estudiantes completen sus títulos, sino que aprendan de manera poderosa mientras lo hacen. La educación es el objetivo de nuestros esfuerzos; la persistencia es sólo un vehículo para que aquella ocurra.

Todo esto no quiere decir que los estudiantes no persistirán si tienen poco sentido de pertenencia o ven poco valor en sus estudios. Algunos lo harán, aunque solo sea por presiones externas para hacerlo (p. ej., familia) o por el valor percibido de obtener su título de la institución (p. ej., ocupación, ingresos y resultados de estatus). Pero hacerlo con ese pensamiento de por medio es un logro vacío, ya que no aprovecha los beneficios intrínsecos de una educación empresarial de elevado nivel que le brinda esa escuela de negocio. Por tanto, pertenencia y aprendizaje son dos caras de una misma moneda.

La adaptación permanente de los componentes curriculares de los programas, alto nivel de especialización y actualización, así como la incorporación de las nuevas tendencias que se exigen tanto desde las organizaciones empleadores como de la sociedad en su conjunto, se convierten en elementos esenciales para la decisión de cuál es el programa y la institución de postgrado finalmente elegida

 

Las mejoras de las tasas de finalización de los estudiantes

No hay duda de que muchos colegios y universidades han mejorado las tasas de finalización de los estudiantes. Pero pueden y deben hacer más. Las instituciones deben expandir su conversación sobre la finalización de la universidad más allá de simplemente cómo pueden retener a sus estudiantes a cómo pueden actuar de manera que lleve a todos los estudiantes a querer quedarse y completar sus títulos. Aunque es innegable que la capacidad académica es importante, la motivación del estudiante es la clave para la persistencia y la finalización del estudiante. Pero abordar la motivación de los estudiantes requiere que las instituciones hagan más que simplemente emitir otro cuestionario de encuesta. Más bien, requiere que comprendan las percepciones de los estudiantes sobre su experiencia y cómo los eventos en todo el campus influyen en sus percepciones y dan forma, a su vez, a su motivación para persistir.

Cuando entramos en el ámbito de la formación de postgrado, las universidades y las escuelas de negocio deben escuchar a todos sus estudiantes, tomar en serio sus voces y ser sensibles a cómo las percepciones de sus experiencias varían entre estudiantes de diferentes razas, niveles de ingresos y antecedentes culturales.

Solo entonces podrán mejorar aún más la persistencia y la finalización mientras abordan la continua desigualdad en los resultados de los estudiantes que amenazan la estructura misma de nuestra sociedad.

Esta información ha sido elaborada por NUESTRA REDACCIÓN

 

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