La innovación disruptiva llega a la escuela de negocios: ¿ha muerto el MBA?

La innovación disruptiva llega a la escuela de negocios: ¿ha muerto el MBA?

El dilema que se ha abierto ya hace unos cuántos años en el sector de las escuelas de negocio, es si eran capaces de adaptarse a las cambiantes condiciones del mercado. Esto exigía de manera acelerada cada año en que la innovación tecnológica se seguía disparando, mantener los programas de las escuelas alineados con la demanda y la necesidad. Lo cual no es tan sencillo como parece.

La renovación que hicieron en sus componentes curriculares las escuelas de negocio, digamos de diez años hasta el presente, ha sido significativa. Las titulaciones de MBA se vieron forzadas a una renovación acelerada en un intento por garantizar que sigan siendo relevantes en el siglo XXI. Y esto se debió fundamentalmente a que los procedimientos y sistemas que se iban requiriendo a nivel gerencial en las organizaciones, estaba sufriendo el impacto de las NT’s.

Y entre otros factores que surgían, había un mayor enfoque hacia los problemas del lugar de trabajo con todos los componentes que hay que tener en consideración (si la función en dicho puesto está absolutamente renovada acorde con las NT’s), al mismo tiempo que cuáles iban siendo los cambios en la cultura corporativa y las prioridades que los empresarios tenían ahora para empresa y trabajador, así como la sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa, o los cambios en la forma en que se procesa y distribuye la información a partir de la reestructuración de todos los procesos administrativos y operativos.

Sin duda las escuelas de negocio, más aún con el factor añadido del Covid-19, se han visto enfrentadas a desafíos cada vez mayores para poder seguir siendo relevantes y competitivas, dada la disminución de la inscripción para la mayoría de los programas de MBA.

Por tanto, en esta aportación doctrinaria, intentaremos resolver estas cuestiones, viendo cómo está el panorama, los cambios que se están haciendo hoy mismo y la manera en que se enfrenta el futuro muy cercano.

Las escuelas de negocio también tienen que aplicar la innovación disruptiva para poder hacer frente al cambio. Deben centrarse en tres elementos básicos:

a) La creación de nuevas ideas, especialmente en el ámbito comercial y de marketing.

b) Probar que las mismas funcionan en el mercado.

c) Subir en la escala, lo que significa una reasignación de recursos e implementación de acciones con la finalidad de orientar el nuevo negocio hacia el crecimiento y la sostenibilidad.

Después de varias décadas de crecimiento sostenido en el mercado de los MBA, con un aumento de cuatro veces en los títulos otorgados anualmente, son muchas las voces que argumentan que en la actualidad, independientemente de la pandemia, se ha llegado a un punto crítico, que no solo tiene que ver con la renovación constante de los programas a que aludíamos, sino con la variable precio, ya que, en concreto en Estados Unidos, son varios los expertos que sostienen que el MBA estará muerto si su coste sigue estando entre 50.000 y 100.000 dólares, pero no lo estará si tiene un precio razonable, con un alto retorno de la inversión y modelos flexibles.

La Western Governors University (WGU) ha sido pionera en el uso de la educación en línea basada en competencias CBE (Competency-based online education).

Lo que se busca especialmente, es que los programas sean asequibles y que resulten convenientes para las personas que de otro modo no tendrían una opción educativa. Desde sus inicios, WGU ha tenido como objetivo servir a los estudiantes que de otro modo quedarían fuera del sistema tradicional.

Ahora, la innovadora institución ha graduado a 110,000 estudiantes y tiene otros 110,000 estudiantes inscritos actualmente. Estos logros demuestran la capacidad de WGU para escalar su modelo de alta calidad y bajo coste, lo que indica un cambio trascendental en el panorama de la educación superior.

Como presidente de la AEEN debo velar porque nuestro sector esté atendiendo en España estas preocupaciones que a escuelas líderes en el mercado Nº 1 del mundo de los MBA sí se ha tenido en cuenta. Esto implica atender a todo ese universo de estudiantes que por distintos motivos, quedan desatendidos. En el caso de Estados Unidos se debía a minorías, estudiantes universitarios rurales, de bajos ingresos y de primera generación, que a partir de esta nueva política están encontrando su sitio para los estudios de postgrado en el que se cuide la alta calidad educativa y que la variable precio juegue a favor. Justamente en la WGU al ofrecer esta nueva propuesta de valor era indudable que era consecuencia de una disrupción innovadora y reflexiva.

Muchos analistas y expertos de la enseñanza cuaternaria lo venían advirtiendo hace ya varios años, que este momento iba a llegar, porque la evolución social tiene que manifestarse en todos los ámbitos, facilitando el acceso a los cursos de postgrado a personas que hace diez años ni podían planteárselo. Y debe de tenerse en cuenta, que más allá de las tendencias respectivas, el MBA sigue siendo sólido y relevante, pero necesita una reinvención que permita el acceso a estudiantes potenciales.

Como sucede siempre en todas las crisis, se producen ajustes (los economistas ortodoxos se refieren a “acomodaciones del mercado”) y obviamente el sector de la formación de postgrado no es una excepción. Sabíamos que muchas escuelas de negocio con el impacto del Covid-19 durante 2020 y las implicancias que ha seguido teniendo la pandemia para la economía global en lo que va de 2021, iban a cerrar sus campus y los programas individuales, como los programas de MBA a tiempo completo, y se verían forzadas a mejorar sustancialmente las ofertas online.

Esto hace que por leyes también de supervivencia en los mercados (que existen como algo natural desde la aparición de la economía como ciencia), las universidades y escuelas de negocio que seán más ágiles y se adapten más rápido, crezcan a expensas de las que fracasen. Pero especialmente habrá algunas instituciones educativas, con gran capacidad disruptiva y de antelación a los acontecimientos, que crecerán significativamente. Uno de estos disruptores ha sido WGU, del cual serán muchas las escuelas que seguirán su ejemplo.

¿Cómo es la situación del mercado actual de MBA?

Para que se pueda responder a las exigencias del mercado, que desde ya debe de tener en cuenta la accesibilidad a la que hemos hecho referencia, la oferta de MBA online debe ser flexible pero potente desde el punto de vista académico. O sea que la relevancia del curso tiene que estar más relacionada que nunca con el coste, además de un factor clave que si bien lo veníamos ejerciendo desde las escuelas españolas hace años, ahora es un imperativo del que no podrán apartarse, más bien es un factor clave: nos referimos al apoyo a los estudiantes y también el apoyo profesional.

Un elemento fundamental a ser considerado por los diseñadores de programas de MBA es que, si bien han aumentado los online en los últimos años, su demanda no lo ha hecho al mismo ritmo. O sea, se percibe una estabilización en los alumnos demandantes de nuevos cursos. Por tanto, para la buena administración de las escuelas de negocio este factor hay que tenerlo muy en cuenta, para estar preocupados por la competitividad de los programas y el acceso público a la educación superior. Una vez más concurren en las prioridades de la planificación educativa de postgrado el precio y la calidad.

También, otra de las discusiones permanentes que se tienen en nuestro sector, es si las escuelas de negocios y los profesores que forman parte de ellas pueden responder al mercado y las necesidades de los estudiantes con la suficiente rapidez, y cuánto pueden cambiar sin perder la identidad o el propósito.

También hay preguntas en torno a los programas de larga data, qué contenido deben entregar en línea y cuánto deben adoptar el aprendizaje experiencial. Sin duda, las empresas contratantes exigirán cambios en el plan de estudios y la participación que ellas puedan tener en la formación de postgrado como laboratorio experimental para que los nuevos profesionales estén en un alto nivel de productividad en un período corto de tiempo. Pero a su vez, mayor exigencia empresarial brindará mayores opciones para los estudiantes en cuanto a la diversidad de oferta de plataformas en las que puedan llevar a cabo un MBA, teniendo en cuenta que son muchas las empresas de terceros que pueden entregar contenido en formatos virtuales y que forman parte de dicho MBA, porque o tienen el acuerdo con la escuela o porque es una tecnología que no puede desconocer ningún alumno y que se ha implantado en el mercado, por ejemplo recientemente, y ningún programa de MBA al menos por ahora la recoge.  

Las escuelas de negocios no siempre cuentan con procesos consistentes para la revisión regular del plan de estudios, y cuando realizan revisiones, a menudo es en el último minuto.

De ahí que es importante un diálogo abierto, caso de mesas redondas sobre MBA que se han llevado a cabo en Estados Unidos, con la finalidad de revisar procesos y prácticas del plan de estudios: cómo obtener puntos de datos de los ex alumnos, de los reclutadores y de sus estudiantes actuales y futuros.

La cuestión es que el plan de estudios tiene que ser un enfoque inclusivo con aportes de empleadores, estudiantes, profesores, administradores y todos los demás grupos de partes interesadas.

¿Cuál es el panorama futuro de los MBA?

Cuando nos preguntábamos en el título si el MBA ha muerto, la respuesta es de manera contundente que no y que tiene vida para muchos años. La manera adecuada de focalizar desde las instituciones educativas los pasos que los MBA tienen que dar en estos próximos tres a cinco años, pasa por ver qué nivel de avance profesional se requiere en los escenarios del futuro y como contrapartida qué prioridades formativas deben acompañar dichos avances.

Por tanto, seguirá habiendo demanda en el futuro de los MBA y las empresas que contratan a nuevos profesionales seguirán valorando como lo han hecho hasta ahora el valor añadido que un graduado de postgrado puede aportar a la empresa.

Hay pocas dudas de que las solicitudes para programas de MBA de dos años a tiempo completo han disminuido durante cinco años consecutivos y que más escuelas están cerrando sus ofertas de MBA y la inscripción real en muchos más programas ha disminuido. Pero creemos que por contrario a sepultar al MBA, en la medida que se haya innovado disruptivamente en nuestro sector de postgrado, seguirá siendo doblemente demandado por alumnos y por ofertantes de empleo. Eso sí: el precio y la calidad son prioritarios, porque habrá que seguir ajustando durante varios años esta relación para dar acceso a miles de candidatos que estaban en el invernadero por la estabilización que se produjo recientemente en la demanda.

Antonio Alonso, presidente de la AEEN (Asociación Española de Escuela de Negocios) y secretario general de EUPHE (European Union of Private Higher Education)

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