La educación de postgrado como respuesta a los nuevos desafíos

Parece que cada dos o tres años de evolución económica y social en todos los países, surgen planteamientos sobe la adecuación de la educación de postgrado a los nuevos desafíos. Porque eso es lo que la evolución siempre trae aparejada, por suerte o por desgracia, pero en el caso de la educación en general, digamos que es una gran suerte que esto se observe, se analice y se tomen medidas.

Los desafíos –como concepto general- afectan la educación superior en el mercado global, o sea la de grado y por supuesto, la de postgrado. En particular, la educación de posgrado debe atender no solo al desarrollo personal de los estudiantes que cursan una maestría o cualquier otro tipo de curso, sino también a su desarrollo profesional para el mercado laboral.

La educación que brindan las escuelas de negocio no solo valen por los contenidos curriculares de sus programas, la metodología que aplican, la calidad de sus docentes, sino también, por el esfuerzo y ciertas garantías que ofrecen a sus graduados para poder encontrar sitio en el competitivo mundo profesional.

Es del todo evidente que no se pueden atender cuestiones del presente (esos desafíos aludidos) con metodologías y recursos de hace diez años. Lo primero que deben hacer las escuelas de negocio es desterrar prácticas obsoletas justamente para poder hacer frente a los desafíos que plantea un mundo tecnológico global que cambia rápidamente y que requiere una actualización constante de conocimientos y habilidades.

Pero un dato importante para nuestro análisis, es que, si bien un ambiente de aprendizaje efectivo debe tener un clima físico y psicológico apropiado, no hay que olvidar lo que es el clima social, que se convierte en un factor esencial, para desarrollar un ambiente seguro que cultive la libertad de expresión y fomente la confianza. Pero esto especialmente se ha convertido en un desafío muy bronco como consecuencia del Covid-19 y las implicancias que ha tenido en todos los ámbitos de la sociedad a escala global. Por ejemplo, durante 2020 ha sido especialmente problemático para los estudiantes internacionales de postgrado por el cierre de fronteras y las diferentes formas de confinamiento que llevaron a cabo los países.

Pero confiando en que estamos en la salida de una crisis sanitaria que no había ocurrido desde hace cien años, los desafíos a los que ahora se enfrenta la educación de postgrado, pasa, entre otras cuestiones, por los siguientes aspectos a los que hay que prestar toda la atención desde la dirección de las escuelas de negocio:

– El tiempo en el que se incurre para hacer una solicitud para los estudiantes internacionales.

– Con qué tipo de apoyos cuentan los candidatos de parte de supervisores, compañeros y otros.

– Cuáles son las exigencias lingüísticas.

– La falta de familiaridad con los procedimientos de ética de la investigación.

Lo que sí es cierto, que obtener un master no es sencillo, porque los alumnos deberán enfrentarse a una serie de dificultades para realizar ese postgrado que hayan elegido. Estos pueden manifestarse como algo práctico, como problemas financieros.

Para ayudar a los futuros estudiantes a saber qué desafíos esperar (y cómo puede superarlos), vamos a pasar revista con una mirada más próxima a la experiencia de un master.

El problema (que se convierte en un auténtico desafío) para los estudiantes es la administración de sus finanzas personales. Habida cuenta que dicho curso solo dure un año, en el caso de los estudiantes que se han trasladado a otro país u otra ciudad dentro de su país, tendrán que tener en cuenta que además del coste de la matrícula, deberán afrontar gastos adicionales como el alquiler, la comida y los materiales del curso, siendo que los costes mensuales puedan llegar a convertirse en un poco elevados para ese estudiante.

Dado que las finanzas son una preocupación común entre los estudiantes, existen muchos métodos probados que pueden ayudarlo a llegar a fin de mes, tal como el empleo a tiempo parcial, que se puede convertir en una buena fuente de ingresos y puede ayudarlo a construir su CV con más experiencia laboral.

La desventaja, por supuesto, es que un trabajo tomará tiempo y agregará responsabilidades adicionales a su jornada diaria, aunque con un poco de planificación anticipada y administración del tiempo, muchos estudiantes equilibran el trabajo y el estudio.

Becas y ayudas

Muchas universidades ofrecen una variedad de programas de becas y ayudas para cubrir los costes y la matrícula, tanto basándose en las necesidades del candidato como en sus méritos académicos. Además, algunas universidades ofrecen descuentos para ex alumnos a los estudiantes que completaron una licenciatura en su institución, que por lo general reducirán el coste de matrícula de un curso de postrado en un 10%.

Se dan situaciones muy especiales en países como Reino Unido e Irlanda, que para sus estudiantes está abierta la solicitud de un préstamo para master a cargo del propio gobierno.

Aunque estos préstamos tienen un esquema de reembolso, la cantidad que terminen pagando por año se adecuará a sus ingresos que están generando por su trabajo. Y algo importante que se les ofrece es que tampoco tendrán que afrontar dicha deuda hasta que no tengan ingresos por encima del umbral que se fije como que ya puede hacerse cargo de los pagos.

También hay organizaciones benéficas y fideicomisos que brindan apoyo financiero a personas de diferentes orígenes que estudian una variedad de temas. Si bien estas becas generalmente no cubrirán todos sus costes, pueden ayudarlo a reducir el margen de gasto. Las preocupaciones financieras pueden ser bastante comunes, pero los estudiantes cuentan con muchas opciones de apoyo disponibles. Todo lo que se necesita es un poco de planificación y presupuesto.

El desafío de la salud mental

Hacer un master a tiempo completo puede ser bastante intensivo. Es habitual que se produce un desgaste físico y psicológico, por lo que hay que cuidar ambas cuestiones, siendo lo más recomendable dedicar un poco de tiempo a la gimnasia o algún tipo de actividad deportiva, como hacer footing, además de una dieta sana y buen descanso.  

Muchas universidades tienen servicios específicos de apoyo al estudiante que pueden brindarle excelentes recursos en línea y en persona.

Preparándose para el futuro

El último desafío común al que se enfrentan los estudiantes de maestría es prepararse para el futuro. Muchos estudiantes deciden hacer un máster para aumentar su empleabilidad. Pero para tener éxito, debe articular por qué su título de postgrado va a convertirlo en una persona empleable.

De alguna manera, la respuesta es obvia. Un año adicional de educación aumentará su conocimiento y experiencia en la materia. Pero, ¿qué pasa con todas esas otras habilidades que adquirió en el camino?

Un máster le permite perfeccionar aún más sus habilidades sociales, como la gestión del tiempo, la organización y el trabajo en equipo.

También es importante comunicarlos a los posibles empleadores.

Otra dificultad (otro desafío) es saber para qué se está calificado

Muchos estudiantes deciden hacer un máster porque disfrutan de su materia, no para mejorar sus posibilidades de una determinada carrera. Decidir qué hacer después de la graduación puede ser bastante abrumador.

La mejor manera de superar este desafío es hacer una previa investigación de qué salidas profesionales está teniendo ese master específico, o en sentido inverso, qué es lo que el mercado está ofreciendo y al mismo tiempo exigiendo en cuanto a formación y a capacitación específica. Analizar sobre las carreras para las que está más calificado podría ayudarle a encontrar salidas profesionales.

Otra opción es postularse a un postgrado adicional, fundando esta elección diciendo que se necesita un título profesional más especializado, para ingresar a un campo específico. La buena noticia es que las opciones son infinitas.

Esta información ha sido elaborada por NUESTRA REDACCIÓN

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