Formación continua 1

¿Qué es la formación continua?

Son muchas las maneras en las que se define qué es la formación continua. Una de tantas la describe como “la modalidad formativa compuesta por actividades y programas de aprendizaje de forma teórica y práctica que se suele realizar por medio de cursos especializados en aquello que se debe aprender”, descripción dada por el sitio https://www.gestion.org/windows-defender-para-empresas/

Si también buscas en Google te encontrarás con preguntas de usuarios que están queriendo comprender qué es la formación continua y para esta pregunta se dan respuestas tales como: “los estudios de formación continua son enseñanzas de ampliación, especialización, perfeccionamiento y/o actualización de conocimientos destinados a cubrir áreas temáticas concretas de interés, con unos objetivos bien definidos, que permiten responder de una forma ágil y eficaz a las distintas demandas de conocimiento”.

Para que nuestros lectores/as tengan claro el concepto, también vamos a ampliar la variedad de terminología similar que se utiliza para referirse a la formación continua, tal como educación por extensión, formación permanente, educación continua utilizando el vocablo que deriva de educar, formación continua o capacitación continua expresiones que apelan a los vocablos de formar y capacitar, para finalmente también utilizar la expresión conocida como educación a lo largo de la vida, todos ellos son términos equivalentes, aunque podríamos profundizar en su valor ontológico que no corresponde hacerlo en esta aportación doctrinaria que hacemos hoy.

También hemos encontrado en Google otra pregunta de mucho interés, referida a ¿cuál es la importancia de la formación continua?, que es respondida diciendo que “la formación continua impulsa la adaptación al cambio en profesionales y empresas. Empresas y personas establecen un vínculo muy importante que da lugar a un éxito compartido. La formación constituye un valor esencial en el ámbito corporativo, pero también en el humano”.

La importancia de la formación continua en las organizaciones

O sea, que lo que interesa es que se planifique y ejecute una capacitación para los empleados como parte de la estrategia de mejora en la eficiencia operativa de cualquier organización.

A medida que la tecnología avanza y la competencia se intensifica, las empresas punteras, aquellas que están en vanguardia en el mercado, saben perfectamente del beneficio que reportan los programas de capacitación continua para los empleados. Es obvio que ello exige recursos financieros importantes, pero aún serán más relevantes los retornos (como toda inversión) que dicha capacitación aporte para impulsar la productividad, así como una mejor cohesión y colaboración entre los diferentes equipos y/o departamentos de la empresa. Lo que mejora sin duda la calidad general del trabajo.

Si su empresa no cuenta con un programa de capacitación continua, puede ser el momento que alguien en la dirección plantee que dicho proceso formativo es ineludible si se quiere mantener el nivel de competitividad que la empresa ha podido preservar hasta el presente. Claro está que si bien lo ha logrado (lo de preservar) no significa que ante los cambios acelerados por la innovación tecnológica y la transformación que se opera a diario en las formas de consumir y los hábitos de los ciudadanos, pueda seguir manteniendo dicha posición de privilegio.

El mercado no es un buen aliado para los que se duermen en los laureles. O se adapta o es expulsado. Por lo que la formación y la capacitación son factores esenciales para la productividad y competitividad.

Los fundamentos de la formación continua

Si bien la mayoría de las empresas brindan capacitación inicial para las nuevas contrataciones, unas pocas comprenden la importancia de los programas de capacitación continua, diseñados para mantener a los empleados comprometidos y equipados para abordar los últimos desafíos en su industria.

La falta de capacitación continua puede conducir a altas tasas de rotación, pérdida de ventaja competitiva y oportunidades perdidas para capitalizar los últimos procesos, tecnología y tendencias.

Los profesionales talentosos y motivados buscarán oportunidades de alto crecimiento en lugar de trabajos inicialmente mejor pagados con poco o ningún espacio para avanzar. Con esta información en mente, debe asegurarse de que su empresa ofrezca una gran cantidad de oportunidades de crecimiento y capacitación continua que complementen los programas de capacitación y tutoría iniciales.

Debe diseñar sus programas para mantenerse al día con los últimos desarrollos de la industria y, al mismo tiempo, adaptarse a sus objetivos comerciales y los objetivos personales y profesionales de sus empleados.

Invertir en formación continua

La elección, aunque parezca redundante, debe ser inteligente. Y esto lo afirmamos porque algunas empresas descuidan los programas de formación continua debido a la disminución a corto plazo de la productividad de los empleados. Sin embargo, un análisis de coste-beneficio rápido revelaría que los beneficios a medio y largo plazo de la capacitación superarían con creces ese coste inicial, tanto por la inversión financiera en sí misma (coste directo) como ese período de adaptación y/o entrenamiento en nuevos procesos y procedimientos que sin duda tiene consecuencia en los costes indirectos.

De esta manera estamos abordando algo que es más trascendental aún para las organizaciones: que una alta capacitación del personal pueda poner a la empresa en la dirección adecuado para generar beneficios y un éxito duradero, lo que habitualmente denominamos crecimiento sostenible.

De ahí, que parte de la doctrina actual sostiene que son tres los beneficios clave al brindar capacitación continua a los empleados:

1º) Mitigar las debilidades

Incluso los empleados más detallistas cometerán errores. Lo que es importante tener en cuenta es que un error no es un fracaso a menos que no se aprenda nada de él. Un programa de formación continua ayuda a los empleados a perfeccionar sus conocimientos y habilidades y les proporciona una imagen clara de sus fortalezas y debilidades. Desde una perspectiva organizacional, también minimiza los puntos débiles y ahorra tiempo y dinero a su empresa al evitar la repetición de errores.

2º) Mejorar el cumplimiento del trabajo

Los empleados que tienen acceso a programas de capacitación y tutoría continuos tienen más probabilidades de sentirse valorados, comprometidos y leales a su empresa. Se sienten realizados al abordar nuevos desafíos y están ansiosos por aprender más y avanzar en sus carreras.

3º) Incrementar el desempeño de los empleados

En este punto surge una pregunta: ¿qué es lo que prefiere tener si Ud. es el líder de una organización en cuanto a compatibilizar capacitación con resultados? La respuesta parece obvia: si los procedimientos aplicados y los productos ofrecidos, así como la manera en que se colocan en el mercado, o sea, si la suma de los procesos productivos, de comercialización, distribución y marketing, se quedan estancados frente a los avances del sector en el que la compañía opera, no hay que dudar mucho en la dicotomía que sigue estando en la mente de muchos directivos, o sea, enfrentando coste financiero con resultados en el corte plazo.

Porque de ser así, es no estar viendo las ventajas de la mayor contribución de la inversión en el medio plazo, pero con el aditamento de haberse incrementado el nivel de competitividad porque se ha convertido en una empresa con visión de futuro y con empleados motivados que están en un proceso de constante mejora, listos para abordar nuevos desafíos.

Aquí en este punto, aflora otro elemento fundamental que se ha puesto de manifiesto en los últimos años con el surgimiento de las start-ups, especialmente las tecnológicas. Nos referimos a que empresas que a lo mejor tenían no más de cien personas en plantilla competían de igual a igual con otros gigantes del sector que tenían, por ejemplo, diez mil personas entre todas sus filiales y departamentos. Pero lo que ocurre tiene un nombre: economías de escala.

Un equipo de personas altamente capacitadas puede brindarle a su empresa una ventaja incluso sobre los competidores con más recursos y tecnología superior. Y para ayudar a los empleados a desempeñarse en el más alto nivel de la industria en la que opera la compañía, hay que apoyarles dándoles las herramientas adecuadas, lo que replicará positivamente en los resultados del negocio.

Se incrementa la confianza personal de cada empleado porque se siente seguro de haber adquirido los conocimientos, la capacitación y están aplicándolos de manera eficaz en sus tareas. Notará una evolución sustancial en sus habilidades y además, liberará la mente creativa, que es esencial hoy día para dar respuesta rápida a las exigencias del mercado, pero además, es la clave para que a gran parte del personal se le pueda empoderar para que sean más autónomos y no se demoren las tomas de decisiones que tienen que ver con procesos que provocan tiempos de espera innecesarios en el servicio y/o producto que la empresa brinda.

Antonio Alonso, presidente de la AEEN (Asociación Española de Escuela de Negocios) y secretario general de EUPHE (European Union of Private Higher Education)

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