El daño que provocan las personalidades tóxicas en los ámbitos laborales

La mejor manera de lidiar con colegas tóxicos en el lugar de trabajo

¿Tienes problemas con un compañero de trabajo difícil? Hay otras opciones además de renunciar. Debes de tener en cuenta que todos nos hemos encontrado con ellos en el lugar de trabajo: el jefe tiránico, la persona que te menosprecia para mejorar, el compañero de trabajo pasivo agresivo.

En el proceso de los últimos 18 meses de ir volviendo a las oficinas, ha sido una de las cosas que nos ha ayudado a todos a comprender la humanidad de los acosadores y los malos jefes

El problema real es cómo te sientes acerca de las personas con las que tendrás que pasar tiempo

 

El mundo poco a poco en todos los países se fue despertando del “Back to work” (mientras se discute furiosamente lo que esto significa, ya que parece que nadie lo sabe todavía exactamente qué es), pero hay muchos rumores en el aire sobre los “colegas tóxicos” y la renuencia a volver a comprometerse con ellos.

El problema real es cómo te sientes acerca de las personas con las que tendrás que pasar tiempo.

Y ¿cuáles son las situaciones que se nos presentan con los compañeros de trabajo y te formulas las siguientes preguntas?:

a) ¿son geniales porque puedes intercambiar ideas con ellos mientras te diriges a un área de bar bien ventilada y desinfectada para tomar una copa el jueves por la noche?

b) ¿Son una inevitabilidad que hay que tolerar?

c) ¿Son unos tóxicos totales? Y si son así, ¿cuál es la mejor manera de evitarlos en este mundo pospandémico?

 

El nuevo libro de la psicóloga social Tessa West Jerks At Work: Toxic Coworkers and What To Do About Them habla directamente del temor de que c) es la única respuesta honesta. West identifica a los peores infractores, como el Bulldozer (Experimentados y bien conectados, este tipo de personalidad tiene talento para hacer que los jugadores poderosos se pregunten “qué pasó en esa reunión”. Cuestionar el proceso, en lugar del resultado, es la mejor manera de mover la aguja en las decisiones grupales que no les gustan), el Gaslighter (Los gaslighters son expertos perceptores sociales que creen que las personas de menor estatus pueden usarse como un medio para un fin. Pasan mucho tiempo seleccionando víctimas y tienen una habilidad astuta para detectar señales de alerta que sugieren que una posible víctima sospecha de su comportamiento. Si eres elegido por un Gaslighter, sus mentiras comenzarán siendo pequeñas. Se abren camino hasta las cosas grandes) y el Credit-Stealer (el ladrón de créditos) (que son oportunistas inteligentes. Esperan los momentos de ambigüedad, momentos en los que nadie hace un seguimiento de quién dijo qué, para abalanzarse y robar. Tomar notas durante las reuniones (no después) es fundamental para asignar el crédito con precisión. Los recuerdos se desvanecen y los ladrones de crédito se aprovechan de nuestro recuerdo sesgado de los eventos. Tus ideas, al salir de sus bocas, se las pegas a ellos y no a ti). Pero tanto esta autora como otros expertos que han abordado este tema enumeran siempre las diferentes formas que hay de lidiar con ellos y burlarlos.

Mientras tanto, en otro libro oportuno “El hombre que confundió su trabajo con su vida” de la terapeuta Naomi Shragai culpa de nuestras miserias profesionales a nuestra incapacidad para enfrentar nuestras historias personales. Las peores ofensas de la cultura del lugar de trabajo, argumenta, se deben al hecho de que muchos de nosotros, sin darnos cuenta, actuamos con agravios y heridas de nuestra infancia que llevan mucho tiempo enterradas. Si pudiéramos comprender mejor la motivación psicológica, seríamos más indulgentes. Es una guía de cómo prosperar en el trabajo dejando atrás nuestro equipaje emocional

Se trata menos de dónde y cómo trabajamos y más de “quiénes somos” entre nosotros.

Hay una verdad revelada por estos dos libros que se pierde en la narrativa sobre la pandemia y el trabajo. Se trata menos de dónde y cómo trabajamos y más de “quiénes somos” entre nosotros. Si los que odian van a odiar, entonces los tóxicos definitivamente van a hacerlo. Y lo van a hacer ya sea en Zoom o WhatsApp, hablando sobre ti con tu jefe virtualmente o en la vida real, dentro o fuera de la oficina. Pensar lo contrario es engañarnos a nosotros mismos.

 

Si alguien es genuinamente tóxico, su comportamiento debe ser denunciado y tratado. Pero si eso no es apropiado, entonces el único comportamiento que se puede cambiar es el tuyo propio

 

El mito de trabajar desde casa

Surgió una especie de mito reconfortante a principios de la pandemia de que, al trabajar desde casa, estábamos evitando mágicamente lo peor del trabajo. Y para muchas personas eso significaba evitar a las peores personas. ¿Odias a tu jefe? Solo tenías que ponerte en situación de “no estar disponible”. Después de todo, no podían ir a tu sitio y encontrarte físicamente, ¿verdad? Al menos por un rato, en ese momento que no te apetecía hacerlo.

Pero estas cosas funcionan durante unas horas o unos días. Pero no funcionan después de dos años, y mucho menos indefinidamente. Y llega un punto en el que tienes que pensar: “¿Todos los demás son molestos? ¿O soy el factor común aquí?”.

Por supuesto, si alguien es genuinamente tóxico, su comportamiento debe ser denunciado y tratado. Pero si eso no es apropiado, entonces el único comportamiento que se puede cambiar es el tuyo propio. Ninguna permutación de geografía, ubicación o hábitos de trabajo puede protegerte de, personalidades tóxicas.

Estas personas están en todas partes. ¿Es más fácil si no tienes que codearte a diario? Como trabajador por cuenta propia, puedes decirte esto: solo marginalmente. Todo trabajo implica algún tipo de contacto humano en algún momento. Y muchas interacciones laborales, en la oficina o en línea, generarán desacuerdos y muestras de ego.

Cómo un empleado “tóxico” puede dañar a todo el equipo

Mira alrededor de cualquier organización y es probable que puedas encontrar al menos una persona cuyo comportamiento negativo afecte al resto del grupo en diversos grados. Tanto es así, dicen dos investigadores de la Universidad de Washington, que estas “manzanas podridas” son como un virus para sus equipos y pueden alterar o estropear todo el carrito de manzanas.

El artículo de los investigadores, que aparece en Research in Organizational Behavior, examina cómo, cuándo y por qué los comportamientos de un miembro negativo pueden tener una influencia poderosa y, a menudo, perjudicial en equipos y grupos.

Cómo los compañeros de trabajo pueden afectar el conflicto en el lugar de trabajo

William Felps, estudiante de doctorado en la Escuela de Negocios de la UW y autor principal del estudio, se inspiró para investigar cómo los compañeros de trabajo pueden afectar el conflicto en el lugar de trabajo y la ciudadanía después de que su esposa experimentó el fenómeno de la “manzana podrida”.

Mira alrededor de cualquier organización y es probable que puedas encontrar al menos una persona cuyo comportamiento negativo afecte al resto del grupo en diversos grados

 

Un ambiente frío y hostil

La esposa de Felps no estaba contenta en el trabajo y caracterizó el ambiente como frío y hostil. Entonces, dijo, sucedió algo gracioso. Uno de sus compañeros de trabajo, que era particularmente cáustico y siempre se burlaba de otras personas en la oficina, contrajo una enfermedad que lo obligó a ausentarse durante varios días.

La atmósfera de la oficina cambió drásticamente

“Y cuando se fue, mi esposa dijo que la atmósfera de la oficina cambió drásticamente”, dijo Felps. “La gente empezó a ayudarse unos a otros, a poner música clásica en sus radios y a salir a tomar algo después del trabajo”.

Él tenía un impacto profundo y negativo

Pero cuando él volvió a la oficina, las cosas volvieron a ser tan desagradables como antes. Ella no había notado que este empleado fuera una persona muy importante en la oficina antes de que contrajera esta enfermedad, pero, al observar el ambiente social cuando él no estaba, ella llegó a creer que él tenía un impacto profundo y negativo. Él realmente era la “manzana podrida” que echó a perder el barril. ”

Se analizaron dos docenas de estudios publicados

Especialmente se centraron en aquellos en los que se hacía referencia a cómo interactúan los equipos y grupos de empleados

Siguiendo la experiencia de su esposa, Felps, junto con Terence Mitchell, profesor de administración y organización en la Foster School of Business de la University of Washington, analizaron alrededor de dos docenas de estudios publicados que además de haber observado la interactuación de equipos y empleado, específicamente tenían en consideración cómo tener malos compañeros de equipo, situación que puede destruir un buen equipo.

Felps y Mitchell definen a las personas negativas como aquellas que no hacen su parte justa del trabajo

Que son crónicamente infelices y emocionalmente inestables, o que intimidan o atacan a los demás. Descubrieron que un solo miembro del equipo “tóxico” o negativo puede ser el catalizador de espirales descendentes en las organizaciones. En un estudio de seguimiento, los investigadores encontraron que la gran mayoría de las personas encuestadas podían identificar al menos una “manzana podrida” que había producido una disfunción organizacional.

El artículo de los investigadores, que aparece en Research in Organizational Behavior, examina cómo, cuándo y por qué los comportamientos de un miembro negativo pueden tener una influencia poderosa y, a menudo, perjudicial en equipos y grupos

 

Grupos de trabajo con más interactuación

Revisaron una variedad de entornos de trabajo en los que las tareas y asignaciones eran realizadas por pequeños grupos de empleados cuyos trabajos eran interdependientes o requerían una gran interacción entre ellos. Estudiaron específicamente grupos más pequeños porque generalmente requieren más interacción entre los miembros y, en general, son menos tolerantes con los comportamientos negativos. Los miembros de grupos más pequeños también son más propensos a responder o hablar sobre el comportamiento negativo de un miembro del grupo. Los dos observaron cómo los grupos de aproximadamente cinco a 15 empleados en sectores como la fabricación, la comida rápida y los entornos universitarios se vieron afectados por la presencia de un miembro negativo.

Por ejemplo, en un estudio de alrededor de 50 equipos de fabricación, encontraron que los equipos que tenían un miembro desagradable o irresponsable tenían muchas más probabilidades de tener conflictos, tener mala comunicación dentro del equipo y negarse a cooperar entre sí. En consecuencia, los equipos se desempeñaron mal.

“La mayoría de las organizaciones no tienen formas muy efectivas de manejar el problema”, dijo Mitchell. “Esto es especialmente cierto cuando el empleado problemático tiene longevidad, experiencia o poder. Las empresas deben moverse rápidamente para lidiar con tales problemas porque la negatividad de un solo individuo es omnipresente y destructiva y puede propagarse rápidamente”.

Según Felps, los miembros del grupo reaccionarán ante un miembro negativo en una de tres formas:

– Intervención motivacional.

– Rechazo.

– Actitud defensiva.

En el primer escenario, los miembros expresarán sus preocupaciones y le pedirán a la persona que cambie su comportamiento y, si no tiene éxito, el miembro negativo puede ser eliminado o rechazado.

Si la intervención de motivación o el rechazo tienen éxito, el miembro negativo nunca se convierte en una “manzana podrida” y el “barril” de empleados se salva. Sin embargo, estas dos opciones requieren que los compañeros de equipo tengan algo de poder: cuando no tienen suficiente poder, los compañeros de equipo se frustran, se distraen y se ponen a la defensiva.

Los mecanismos defensivos comunes que usan los empleados para hacer frente a una “manzana podrida” incluyen la negación, el retraimiento social, la ira, la ansiedad y el miedo. La confianza en el equipo se deteriora y, a medida que el grupo pierde su cultura positiva, los miembros se separan física y psicológicamente del equipo.

Felps y Mitchell también encontraron que el comportamiento negativo pesa más que el comportamiento positivo, es decir, una “manzana podrida” puede estropear el barril, pero uno o dos buenos trabajadores no pueden volver a estropearlo.

Hacer frente a la negatividad

“La gente no espera eventos y comportamientos negativos, así que cuando los vemos, les prestamos atención, reflexionamos sobre ellos y, en general, intentamos reunir todos nuestros recursos para hacer frente a la negatividad de alguna manera”, dijo Mitchell. “El buen comportamiento no se destaca tanto como el comportamiento negativo”.

Los autores advierten que existe una diferencia entre las “manzanas podridas” y los empleados que piensan fuera de la caja y desafían el status quo. Dado que estas “desviaciones positivas” mueven el barco, es posible que no siempre se aprecien. Y, como argumentan Felps y Mitchell, a diferencia de las “manzanas podridas”, las “desviaciones positivas” en realidad ayudan a impulsar la innovación organizacional.

Entonces, ¿cómo pueden las empresas evitar experimentar el fenómeno de la “manzana podrida”?

“Los gerentes de las empresas, particularmente aquellas en las que los empleados suelen trabajar en equipos, deben tener especial cuidado al contratar nuevos empleados”, dijo Felps. “Esto incluiría verificar referencias y administrar pruebas de personalidad para que aquellos que tienen muy poca amabilidad, estabilidad emocional o escrupulosidad sean descartados”.

Pero, agregó, si uno se escapa de la selección, las empresas deberían colocarlo en una posición en la que trabaje solo tanto como sea posible. O, alternativamente, puede que no haya más remedio que dejar ir a estas personas.

Los miembros de grupos más pequeños también son más propensos a responder o hablar sobre el comportamiento negativo de un miembro del grupo

 

Personalidades tóxicas: un veneno en el lugar de trabajo

Las personalidades tóxicas crean estrés que se propaga por toda la organización. Y entonces, la pregunta que cabe que se hagan los mandos intermedios y los ejecutivos que forman parte de la alta dirección, es ¿cuáles son las habilidades que los empleados pueden desarrollar para sobrevivir e incluso cambiar a las personas tóxicas?

Como solemos hacer desde NUESTRA REDACCIÓN, hemos salido a ver lo que puedes controlar. Si tienes la autoridad para actuar sobre las personas con personalidades tóxicas, es tu responsabilidad cambiar el comportamiento de estas personas o sacarlas del lugar de trabajo. Pero puede ocurrir que no cuentes con la autoridad para hacerlo, pero igualmente en estas circunstancias, hay pasos que puedes tomar para fortalecerte e incluso cambiar su comportamiento.

Además, si no puedes cambiar de ninguna manera las condiciones de trabajar con personalidades tóxicas, podrías considerar cambiar de trabajo. Lidiar con el estrés diario de trabajar con personas difíciles es doloroso y puede afectar tu salud mental y física.

Enojo: actuar con ira puede empeorar el problema

La persona con personalidad tóxica puede ofenderse y ponerse a la defensiva. Te ven a ti (tus acciones o personalidad) como el problema en la relación.

 

Por otro lado, debes prepararte para ser firme

Se puede tratar con éxito el comportamiento tóxico al confrontar a una persona con los hechos y las consecuencias de sus acciones. Sin embargo, cambiar la personalidad de una persona es difícil.

El proceso requiere más que mostrar los hechos de su comportamiento. El cambio de personalidad, especialmente con personalidades tóxicas, requiere un compromiso de la persona con el problema.

Habilidades para sobrevivir o incluso crecer alrededor de personalidades tóxicas.

Cuando no puedas luchar contra ellos, no te unas a ellos. Sin embargo, puedes hacer que el ambiente sea más saludable.

Cuando no puedes cambiar el comportamiento de las personas tóxicas

Cuando no puedes cambiar el comportamiento de estas personalidades tóxicas o evitarlas  por completo, debes concentrarte en los cambios que puedo hacer en ti mismo para convertirte en una persona más saludable.

En un estudio de alrededor de 50 equipos de fabricación, encontraron que los equipos que tenían un miembro desagradable o irresponsable tenían muchas más probabilidades de tener conflictos, tener mala comunicación dentro del equipo y negarse a cooperar entre sí

 

Algunas cuestiones a tener en cuenta que ayudan a lidiar con personas tóxicas

1º) Escribir sobre tus sentimientos

Cuando escribes sobre tus sentimientos, de alguna manera estás cortando el aguijón de las emociones dolorosas. Al hacerlo, o sea, cuando estás detallando tus emociones, también estás nombrando tus sentimientos. Estamos hablando del miedo, la ira, la ansiedad, la inseguridad y el resentimiento, que todos ellos son sentimientos comunes que las personas tienen con las personas tóxicas. Es posible que tengas otros malos sentimientos. Cuando experimentas estos sentimientos, es bueno que escribas sobre ellos.

2º) Escribe sobre tus acciones

En este paso, puedes ver qué cosas puedes cambiar en tu propio comportamiento para reducir el daño en una relación tóxica. Por ejemplo, si actúas con ira, puedes cambiar tus acciones.

3º) Discutir lo que estás sintiendo con tu mentor

Uno de los problemas de escribir sobre tus sentimientos es que te cuesta encontrar soluciones. En su lugar, puedes concentrarte en cómo la gente te ha hecho daño.

Sin embargo, si tienes amigos cercanos en los que puedes confiar, estas personas guardan en secreto lo que tú les dices. Estos amigos son mentores que te muestran cómo puedes crecer y mejorar tu comportamiento.

4º) Evitar el veneno

Cuando no puedes cambiar el comportamiento de las personas tóxicas, debes evitarlas. Si no hay razón para tener que lidiar con ellos, no debes hacerlo.

Las personalidades tóxicas crean estrés que se propaga por toda la organización. Y entonces, la pregunta que cabe que se hagan los mandos intermedios y los ejecutivos que forman parte de la alta dirección, es ¿cuáles son las habilidades que los empleados pueden desarrollar para sobrevivir e incluso cambiar a las personas tóxicas?

 

Cómo lidiar con personalidades tóxicas en tu lugar de trabajo

Es casi una regla general que todos alguna vez hemos tenido que lidiar con una persona tóxica en el trabajo. Si bien una buena noticia es que nunca te has topado con esta experiencia tan poco divertida, la buena noticia, es que en caso de que se te presente una situación así, puedes tomar una decisión proactiva sobre cómo gestionarla.

Cuando te enfrentes a un compañero de trabajo problemático, puedes adoptar el enfoque de un profesional reflexivo que dijo: “Estoy agradecido por todas las personas difíciles en mi vida. Me han mostrado exactamente quién no quiero ser”.

Hay muchas investigaciones que se han hecho en los últimos años sobre este problema. Algunas de ellas dicen que tres de cada cuatro empleados informan que tratar con su jefe es la parte peor y más estresante de su trabajo. Y lo sorprendente es que dos tercios dicen que con gusto aceptarían a un nuevo jefe por un aumento de sueldo. Y la pregunta que surge inmediatamente es: ¿si los jefes son realmente tan malos, por qué las organizaciones que los emplean los toleran?

Malos jefes y alto desempeño

En algunos casos, los malos jefes son en sí mismos personas de alto desempeño (vendedores de alto nivel o diseñadores de productos innovadores, por ejemplo) y los poderosos temen que los resultados de la empresa se vean afectados si los pierden. Entonces, hacen lo que pueden para no perderlos.

En otros casos, es una cuestión de inercia. A menos que una organización se esté desmoronando por culpa del mal jefe (¡algo que sucede a veces!), entonces lidiar con el problema no es una prioridad.

O sea, que recién en el momento en que la organización comienza a perder personas que son importantes para la operativa diaria y que no son fáciles de reemplazar, será cuando la dirección aborde el asunto del mal jefe.

Para entonces, el daño ya puede estar hecho. Como descubrió Gallup, los malos jefes son la razón número uno por la que las personas renuncian a sus trabajos.

Las características más comunes de personalidades tóxicas en el trabajo

El denunciante

Todos hemos trabajado con alguien que se queja de su trabajo, de su empresa, de su jefe, de sus compañeros de trabajo, de sus clientes o de cualquier otra persona a la que pueda culpar de algún problema, real o imaginario. Los quejosos le quitan la vida a una organización y, si la gerencia los tolera, pueden engendrar otros quejosos.

El traidor

Algunas personas son simplemente malas, y cuando te encuentras con un traidor en el trabajo, tienes que mirar constantemente por encima del hombro para asegurarte de que no vas a ser la próxima víctima. Esta fuente continua de distracción tiene un impacto tremendamente negativo en el compromiso y la eficacia de los empleados.

El Microgestor

Una de las cosas que hace que los malos jefes sean malos es cuando microgestionan a las personas que trabajan para ellos. De hecho, una encuesta de 3000 profesionales realizada por LinkedIn Learning descubrió que la microgestión era el segundo rasgo más frustrante que experimentaban en un gerente.

¿Cuáles son los primeros dos o tres pasos más productivos cuando se trata de un compañero de trabajo o jefe tóxico?

– Desconéctate de las emociones que sientes porque nublarán tu juicio sobre una situación.

– Determina exactamente qué está haciendo la persona tóxica para obtener una reacción tuya.

– Niégate a seguir su juego.

– Enfréntate a la persona tóxica y hazle saber que no tolerarás su mal comportamiento.

– Defiéndete y sé valiente. Si lo haces, otros seguirán tu ejemplo.

Gestionar los conflictos en el lugar de trabajo es un desafío común

Cuando tienes dos o más personas en una organización, tienes las semillas del conflicto. La gestión de conflictos puede convertirse en un trabajo casi podría decirse de tiempo completo para los líderes.

Cuando debas lidiar con un conflicto en tu propia organización, primero debes ser objetivo. IMPORTANTE: no debes emitir ningún juicio hasta que tengas la historia completa de todas las partes y nunca tomes partido.

Si tienes la autoridad para actuar sobre las personas con personalidades tóxicas, es tu responsabilidad cambiar el comportamiento de estas personas o sacarlas del lugar de trabajo. Pero puede ocurrir que no cuentes con la autoridad para hacerlo, pero igualmente en estas circunstancias, hay pasos que puedes tomar para fortalecerte e incluso cambiar su comportamiento

 

Mantener la neutralidad

Lo más importante ante la gestión de un conflicto por problemas de alguna personalidad tóxica es mantenerse neutral. Por lo que debes es identificar las diferentes emociones en juego entre los empleados en conflicto y las necesidades subyacentes que las impulsan.

Debes ayudar a tu gente a ver y comprender el impacto negativo que están teniendo en sus compañeros de trabajo, luego ayúdalos a encontrar puntos en común para resolver el conflicto.

Pasos a dar para que una persona tóxica haga un cambio positivo

Hay pasos que es recomendable dar para confrontar a un compañero de trabajo o jefe tóxico de una manera que probablemente produzca un cambio positivo en lugar de simplemente empeorar el mal comportamiento.

En primer lugar, hay que desconectarse de las emociones que sientes cada vez que la persona tóxica hace lo suyo contigo. Menciona el comportamiento, en privado, uno a uno, y no lo ignores.

Si es un gerente, debes explicar el efecto negativo que la persona está teniendo en la organización y pídele que detenga el comportamiento tóxico. Si lo hace, genial, no todos los empleados tóxicos son conscientes de su mal comportamiento. Si no lo hace, es posible que debas involucrar a recursos humanos para comenzar una disciplina progresiva.

Si la persona tóxica en tu organización es tu jefe, llévalo a un lado y explícale el efecto negativo que su comportamiento está teniendo en la organización y en ti personalmente. Si no puede o no quiere detenerse, considera la posibilidad de trasladarte a una parte diferente de la organización o dejarla por completo.

Muchas personas parecen permitirse ofender o “provocar” el comportamiento de otras personas

¿Cómo pueden las personas aumentar su propia conciencia para evitar caer en la trampa de la víctima o de la ofensa fácil?

Algunas personas tóxicas son buenas para provocar el malestar y/o la reacción de sus compañeros de trabajo. Son realmente buenos en eso. Por tanto, hay que evitar la trampa de la víctima que comienza con darse cuenta del efecto que tiene sobre cualquier empleado, cuando la persona tóxica empieza a las andadas.

Si esta personalidad tóxica se siente enojada o frustrada cuando trata con una persona en particular en la organización, ¿por qué es así? ¿Está presionando sus botones como si fuera un comportamiento automático? En algunos casos, sin embargo, las víctimas no ven el efecto que estas personas tienen sobre ellas, simplemente reaccionan, que es exactamente el comportamiento que espera la persona tóxica. Si te niegas a jugar su juego, eventualmente se aburrirá y seguirá adelante.

Casi siempre hay una persona tóxica en los equipos y/o departamentos

No ocurre ni en todas las empresas ni en todas las funciones, pero siempre hay que estar preparado para que aparezca esa persona que no tiene nada positivo que decir, que irrita a otros miembros del equipo y hace que la vida laboral no sea agradable.

Si no se puede despedir a esa persona, ¿cómo respondes a su comportamiento? ¿Qué tipo de comentarios das? ¿Cómo mitigar el daño que causa este empleado?

Verificar las razones por las que se quejan las personalidades quejosas

No importa lo que diga o haga para apoyarlo, el quejoso es un empleado desinteresado que nunca está satisfecho. Los quejosos no solo no están de acuerdo con lo que está pasando, sino que ni siquiera intentan entender los problemas en cuestión.

Entonces, cuando tengas que lidiar con quejas, llorones y gruñones, recuerda que a menudo hay dos lados en cada historia. Siéntete con los que se quejan y analiza si hay un problema más profundo que los esté molestando. Debes ser empático y profesional. Pregúntale qué es lo que les hace infelices. En esa misma conversación pregúntales qué les gusta de sus trabajos.

Ten en cuenta que la primera vez que tengas esta charla, es posible que no haya suficiente confianza en ti para compartir la historia real. Pero no te rindas. No existen soluciones rápidas en el entorno de trabajo que conduzcan a un cambio a largo plazo. Por lo tanto, no debes darte por vencido y no te rindas. Haz lo que puedas para ayudar a tus empleados a ganar.

El fabricante de excusas

No importa lo que se supone que deben hacer, estos empleados siempre tienen una excusa de por qué no pueden completar una tarea. Cualquiera que haya practicado deportes o participado en una actividad competitiva en equipo te dirá que un fabricante de excusas puede matar a un equipo. Es lo mismo en el lugar de trabajo. Estos empleados tóxicos nunca se hacen responsables de sus acciones y decisiones. Y su falta de entusiasmo para completar tareas o participar con el equipo causa mucho daño.

No hay nada más desmoralizador que un compañero de equipo que no cumple con su parte del trato y que deja a sus compañeros tirados en lugar de rendir cuentas.

Cuando se trata de un fabricante de excusas, debes crear el tipo de cultura psicológicamente segura en la que este empleado se sienta bien y te diga el estado real de los proyectos de trabajo. Asegúrate de que todos los empleados sepan que el resultado final es lo que importa y que la ayuda está disponible para quienes la soliciten. Sin embargo, depende del empleado buscar ayuda. Si no, las consecuencias sucederán.

El empleado poco entusiasta

Estos trabajadores nunca parecen entusiasmarse con ninguna parte de sus trabajos. Cuando los empleados no están contentos con una situación, tienden a carecer de entusiasmo. Cuando los empleados se desconectan, es probable que no se preocupen por las tareas que deben completar. Es lógico que todos los trabajos no pueden ser divertidos, pero ¿hay algo que se pueda hacer para eliminar el tedio de la tarea?

Para manejar la apatía, vigila a tus empleados y busca cosas que los iluminen. Observa lo que les gusta hacer. ¿Cuáles son sus puntos fuertes? Preséntales libros y programas de capacitación para ayudarlos a descubrir sus fortalezas y en qué son buenos.

Además, observa la cultura de tu empresa y haz cosas que la mejoren y la conviertan en un lugar de trabajo más atractivo y divertido.

El trabajador inútil

A los empleados no comprometidos les suele gustar estar solos. Cuando llega el momento de ofrecer ayuda, a menudo eligen no hacerlo. No es que no les guste la gente que los rodea. Es más que no quieren ayudar porque sienten que están mejor haciendo lo suyo.

Para involucrar más a los trabajadores que no ayudan, intenta agregar actividades de trabajo en equipo que los animen a colaborar con colegas en proyectos especiales. Cuando veas empleados inútiles ayudando a otros, reconócelos por sus esfuerzos. Sorpréndelos en el acto de hacer las cosas bien, reconociéndolos y probablemente estarán más dispuestos a ayudar a los demás.

Los rumores y comentarios sobre otras personas

Las personas que se la pasan haciendo el cotilleo continuo no son de los que hablan de ideas; en cambio, les gusta hablar negativamente de las personas. Los empleados tóxicos tienden a hablar sobre otras personas y difundir malas vibraciones en la oficina. Nunca dejan que la verdad arruine una buena historia. La mejor manera de lidiar con estas personalidades es cortarlos de raíz. Si acuden a ti con un comentario jugoso, pregúntales: “¿Estaría bien si vamos a la otra persona y le preguntamos si es verdad y puedo usar tu nombre?”.

O podrías decir: “Vamos a ir juntos y preguntarle a Mary sobre esto”. Si realmente se trata de un rumor, no hay forma de que este empleado acepte confirmar la historia. Hay que hacerles saber a los empleados que no tolerarás las habladurías en el lugar de trabajo.

Los mentirosos

Por alguna razón, a los mentirosos les resulta fácil mentir para salir de situaciones o evitar cosas. Peor aún es cuando mienten acerca de hacer una tarea. Una mezcla tóxica de mentiras y excusas puede destruir rápidamente una oficina. Y, cuando tienes varios empleados haciendo esto, puede ser terrible para la cultura de tu empresa. Al tratar con mentirosos, asegúrate de tener los hechos frente a ti de lo que se suponía que iba a pasar y lo que realmente sucedió. Al confrontar a un mentiroso con hechos, le ayudarás a ser más responsable.

En algunos casos, los malos jefes son en sí mismos personas de alto desempeño (vendedores de alto nivel o diseñadores de productos innovadores, por ejemplo) y los poderosos temen que los resultados de la empresa se vean afectados si los pierden. Entonces, hacen lo que pueden para no perderlos

 

El sabelotodo

No hay nada peor que una persona que tiene talento y tiende a actuar como si estuviera por encima de todos. Una actitud de sabelotodo puede causar un daño considerable dentro de un lugar de trabajo porque altera y molesta a las personas. (Hay una razón por la que algunos de los mejores líderes del mundo son fuertes y humildes). A veces, los sabelotodos carecen de confianza y tratan de fingir que son mejores de lo que son. Hay que hacerles saber que su comportamiento está alienando a sus compañeros de trabajo y hay que tomar medidas para que tomen la capacitación adecuada para ayudar.

El empleado independiente

Por lo general, elogiamos a las empresas por tener empleados autónomos que triunfan y hacen las cosas por su cuenta. En algunos casos, sin embargo, las personas en realidad no están comprometidas y tratan de trabajar independientemente de los demás, lo que puede ser una mala noticia para todos. Los empleados independientes probablemente no estén haciendo tanto trabajo y, en cambio, pasen mucho tiempo holgazaneando.

En esta situación, la gerencia debería tratar de pedir más resultados a los independientes para generar un impulso que lo mejore. Hay que buscar formas de involucrar a estos empleados en proyectos de equipo. Hay que preguntarles sobre la parte de su trabajo que disfrutan y ayudarles a hacer más de eso. Por eso hay que explicarles en detalle sus responsabilidades y hacerlos responsables de la realización de sus proyectos.

El trabajador irresponsable

Los trabajadores irresponsables tienen una buena cantidad de momentos en los que están haciendo cosas descuidadas en el trabajo. Se olvidan de avisar que están enfermos, llegan oliendo a la fiesta de anoche, llegan tarde. Este tipo de irresponsabilidad repetida es inaceptable y es importante concienciar a estos empleados de que su comportamiento negligente está acabando con el equipo. Hay que pedirles que mejoren su comportamiento. Si su comportamiento no cambia, es posible que la empresa se vea obligada a utilizar un proceso de disciplina progresiva, para que sean conscientes de que hay consecuencias por el mal comportamiento.

Empleado sin iniciativa

Este trabajador es alguien que no muestra iniciativa para tomar las riendas de un proyecto o ser un líder dentro de la oficina. Les parece bien pasar desapercibidos y, a menudo, no les importa no tener voz. Para tratar con estos empleados sin iniciativa, es importante recordarles que una oficina es una comunidad, y cuando alguien carece de iniciativa y no contribuye, derriba a todo el equipo. No existe una forma real de arreglar la psique de una persona, sin embargo, se pueden usar algunas tácticas de motivación para hacer que estos empleados se entusiasmen más con sus trabajos.

Entonces, ¿cómo se confronta a alguien sobre un comportamiento pasivo-agresivo inaceptable?

Hay que ser honestos y decirle a la persona directamente (pero no en términos duros o dramáticos) cómo está afectando su comportamiento. Tratar de concentrarse cada persona en sí misma y en sus sentimientos en lugar de en la otra persona. Por ejemplo, en lugar de decir “tú saboteaste nuestro proyecto en el trabajo“, tratar de decir “Me di cuenta de que nuestro proyecto no era el mejor y quiero que nos aseguremos de que sea mejor la próxima vez”. Cuando le dices a alguien que su comportamiento te está lastimando, es probable que lo niegue todo.

Recuerda que a las personas pasivo-agresivas no les gusta hablar de sus sentimientos. Ciertamente no quieren que les llames la atención. Cíñete a los hechos y da ejemplos, pero prepárate para la resistencia y la negación. Trata de ser comprensivo.

Una persona pasivo-agresiva puede albergar sentimientos de baja autoestima

Sentimientos que dificultan comunicar lo que realmente siente de manera efectiva. Hablar juntos puede ayudarte a comprender las posibles raíces del comportamiento pasivo-agresivo si la persona está dispuesta a abrirse un poco y tú estás dispuesto a suspender tu acción de juzgarlo, haciendo por contario un esfuerzo por comprenderlo.

Esta información ha sido elaborada por NUESTRA REDACCIÓN

 

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