Covid-19 y la formación online

La versatilidad de la formación online

Nadie (ni empresas, ni personas y por lo que hemos visto, países) estaba en condiciones de siquiera imaginar el tremendo impacto que una pandemia podría acarrear al mundo.

Pero en este gran esfuerzo que tuvo que hacerse de recurrir masivamente al teletrabajo como consecuencia del confinamiento, a las escuelas de negocios no las ha pillado tan fuera de juego. Porque ya sabían que el trabajo y la formación telemáticas se convertirían en el nuevo orden mundial y llevaban ya varios años poniéndolo en práctica.

La principal ventaja de la formación online es su capacidad asincrónica tanto en el tiempo como en el espacio, una virtud que convierte a las universidades y centros que la imparten en cercanos.

Según los datos con los que contamos en la Asociación Española de Escuelas de Negocios (AEEN), el 85% del alumnado de las escuelas de negocios en sus programas abiertos es internacional. Lo que convierte a estos centros formativos en uno de los sectores más abiertos y competitivos de nuestro país.

Además de la internacionalización y la flexibilidad horaria, la formación por Internet ofrece una actualización constante y una formación personalizada gracias a la última tecnología.

Entre el año 2010 y 2014, las escuelas de negocios realizaron un importante esfuerzo en digitalización, y hoy en día trabajan cotidianamente con herramientas virtuales y plataformas de enseñanza digital (e-learning), Sistemas de Planificación de Recursos Empresariales (ERP, por sus siglas en inglés) y de Gestión de Relaciones con Clientes (CRM).

El reto actualmente está en la integración de todas esas plataformas, lo que reducirá la fricción de la transacción y permitirá incrementar el número de alumnos atendidos.

Reto de la formación online

La multiplicidad de alternativas por los dispositivos móviles

¿Qué es lo que hay que comprender para tener éxito en la formación online?

Independientemente de la pandemia actual que lo ha impactado todo, habida cuenta que también el sector de las escuelas de negocio es uno de los que estaba mejor preparado para aguantar el tipo (confinamiento) y el teletrabajo, ya antes que este flagelo atacara, si consideramos los últimos 24 meses, son muchos los negocios relacionados con la formación online que no les fue muy bien.

Pero como todo negocio, la cuestión es la seriedad del planteamiento y la factibilidad técnica sobre si puede llevarse a cabo, para lo cual debemos tener en cuenta:

1º) Los que han comprendido que vender contenidos desde una marca (mejor o peor posicionada) es más sencillo y menos costoso que hacer una inversión en publicidad online, que al final del período que tomemos como referencia (prueba) no siempre será rentable, han obtenido una leve ventaja.

Justamente, porque la inversión en  marketing de contenidos estará muy orientada a lo que le interesa a los potenciales alumnos.

2º) Relacionado con esto último (interés de los alumnos) tenemos que, las expectativas de los alumnos crecen. ¿Por qué? Porque, valga la forma coloquial en que lo diré: están en el mundo…viven rodeados e implicados en las nuevas tecnologías. Son personas, que a diferencia de la generación anterior, odian ir al Banco y lo tienen en su dispositivo móvil.

3º) Sin estructura detrás es complicado crecer, porque requiere de unos mínimos que no pueden evitarse, por más que se crea que no existen costes significativos.

La formación online requiere invertir tiempo en la generación de nuevos contenidos y conocimiento. Esto significa, programas muy actualizados y en línea con la demanda actual, no la de hace dos años.

Por tanto, hay tareas administrativas y académicas. Lo que requiere personal para ambas. Además de la consabida atención al cliente, marketing, etc., lo que puede llevar a momentos de colapsar el proceso, más aún, en las circunstancias como los actuales en los que se genera gran incertidumbre. No tanto para la escuela, sino para los asistentes, que en muchos casos, su situación laboral se haya visto afectada.

Esto lleva a ser flexibles en el tipo de ofertas y de programas para facilitar la salida de la crisis.

Está claro que con la cantidad creciente de contenidos que existe es cada vez más complicado ofrecer algo por lo que alguien va a estar dispuesto a pagar. Y este es un factor crítico, no sólo para ir logrando ingresos durante este período excepcional, sino lo que va a caracterizar el nuevo escenario de la formación online a seis o siete meses vista.

Planes personalizados de formación

La formación online tendrá que adaptarse muchísimo a las necesidades y demandas de sus clientes. No podrá tener estructuras rígidas, más bien deberán flexibilizarse para dar respuesta casi de manera individual.

No servirá la misma estructura y la misma intensidad para todo el mundo.

Esto por dos motivos: el económico, en cuanto a posibilidades de afrontar tal o cual programa; el de formación y capacitación, adaptado a diferentes formatos de contenido y metodología para asegurar el éxito del alumno.

Vamos hacia una formación en la que las escuelas tendrán que adaptarse más a los usos y costumbres de los alumnos, no en sentido inverso. Esto requiere que los contenidos se puedan consumir offline tanto en formato video como en formato podcast.

Adaptación al tiempo real

La conveniencia de los foros como para adaptar contenidos y formación en tiempo real

Las plataformas tienen que desarrollar una capacidad de reaccionar prácticamente en tiempo real para aportar respuestas instantáneas.

Para ello hay dos mecanismos de alimentación: la velocidad de incorporar nuevos contenidos y adaptables a diferentes situaciones de alumnos potenciales; fomentar el aprendizaje colaborativo a través de los foros.

También el mentoring es una buena alternativa para que ofrezcan las escuelas, en las que los alumnos más avanzados forman a los nuevos teniendo un incentivo para ello.

Antonio Alonso, presidente de la AEEN (Asociación Española de Escuela de Negocios) y secretario general de EUPHE (European Union of Private Higher Education).

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