Cómo estructurar una jornada laboral de 9 a 18 hrs. desde casa

Aunque te parezca que no sobrevienen los problemas y no hayas escuchado siquiera a ninguna persona de tu entorno referirse a este particular, desde ya que el cambio que supone trabajar desde tu ambiente íntimo es importante.

Para las personas que por ejemplo, están bien posicionadas en su trabajo y tienen obligaciones familiares, como consecuencia del Covid-19 han tenido que hacer malabares para coordinar sus responsabilidades operativas diarias de su función con la vida familiar.

Pero además de ello, son muchos los que al mismo tiempo están realizando o estudios terciarios o de postgrado. Por tanto, el día a día de estas personas se complica. Todo esto en el mismo lugar físico, entonces es fácil sentirse abrumado.

El cambio en tu horario, particularmente cuando estás acostumbrado a ir a la oficina, también puede generar una presión autoinfligida para continuar desempeñándose a toda máquina.

¿Te suena esto a demasiado familiar?

Desde ya que sí porque no estás solo en esta pelea. Se cuentan por miles los que intentan superar este sentimiento que debe comenzar con el reconocimiento de que puede llevar un tiempo determinar un nuevo horario que funcione para cada persona, no al revés.

Para inspirarte, así es como puedes estructurar tus días para que la transición sea un poco más suave.

Trabajar con flexibilidad es la clave

Y esto empieza con modificar todos los intervalos de tiempo en los que se distribuye una jornada cualquiera, pero especialmente adaptándolos a las realidades personales de cada persona, porque está en familia, hay niños, colegios y otras obligaciones.

Por tanto, la nueva rutina tiene que encajar sin desatender las obligaciones primordiales de la familia, al mismo tiempo que no alterando el rendimiento mínimo razonable que debe tener tu actividad en tu trabajo.

Una agenda factible
Modifique los siguientes intervalos de tiempo para adaptarlos a su nueva rutina.

7 a.m.: establece el tono para tu día ¡Levántate, vístete y organízate!

Es obvio que la rutina va a ser diferente a la de ir a la oficina, pero intente comenzar bien el día, ya sea que incluya un tazón de avena para el desayuno o unos veinte minutos de caminata forzada (si prefieres marcha al trote) que te energizará para el resto del día.

Siempre es buen momento para establecer metas para el día, incluso si solo tiene unas pocas.

Algunos coaches destacan la importancia que tiene hacer una lista con aquellas cosas que deben realizarse e incluso, reprogramar algunas que podrían encajarse en otro día de la semana. Esto tiene que ver con los logros que esperas en base a los objetivos de la empresa y los tuyos personales.

Para que te sirva de inspiración

Un directivo de la nueva generación de jóvenes profesionales que lleva diez años de experiencia en un empresa de servicios me decía a propósito de los cambios de rutina que ha impuesto la pandemia que:

“Soy una criatura de hábitos y he tenido la misma rutina durante años. Me despierto, hago unas tostadas y me pongo una taza de café antes de sentarme frente al televisor y cambiar de canal mientras leo las noticias en mi teléfono. Nunca he sido una persona mañanera, así que necesito tiempo para tomarme las cosas con calma y mirar un rato antes de sentirme lo suficientemente humano como para empezar a trabajar”.

¿Cómo se comparan estas con la lista de verificación de actividades de la jornada?

Vamos a intentarlo de manera didáctica:

1º) Tenemos que procurar tener un espacio lo más amplio posible para que nuestra tecnología (la que disponemos en casa) conviva y se compatibilice con notas, libros, agendas, papeles y tasas de café.

2º) Es fundamental procurar que el espacio elegido tenga la máxima cantidad de luz posible.

3º) Si no se puede tener una disposición ergonómica de escritorio, silla y pantalla, hay que hacer lo posible porque la forma en que nos sentemos y estemos trabajando no afecte ni la espalda, ni la vista y especialmente nuestro ánimo.

4º) Buscar momentos de privacidad  durante las reuniones por Zoom y similares o auriculares con cancelación de ruido, evitando dentro de lo posible durante esos lapsos, el paso de otras personas de la familia.

5º) Debes evitar trabajar en áreas en las que tiendes a estar en modo de relajación, como la cama o el sofá.

Llegadas las 10 de la mañana

Podría perfectamente hacerse entre 10 y 10,30 hrs. un encuentro digital con una tasa de café por medio.

Mantener estos encuentros (nuestros hábitos sociales) cuando trabajas desde casa es importante para tu bienestar mental y puede ayudar a que te adaptes mejor al cambio.

Y aunque tener una breve charla de café programada a través de Skype no es exactamente lo mismo que ir a tu café favorito, te da el espacio para hablar sobre ese nuevo programa en Netflix sin sentir la presión de estar en modo de trabajo en todo momento.

Cuando dan las 11

Es conveniente mantener las reuniones que realmente son productivas, de ahí la importancia de definir bien la agenda del día.

Una agenda no es un día y hora, es mucho más que eso. Es un propósito que tiene que establecerse en relación a lo que se está haciendo, las responsabilidades adquiridas y el cumplimiento de objetivos.

Establecer con claridad ese propósito es básico para tener resultados claros de las reuniones virtuales para ayudar a mantenerlas encaminadas (y a tiempo).

Esto podría significar asignar una cantidad determinada de tiempo para que cada persona presente o pedirle al equipo que haga una lluvia de ideas preliminar antes de unirse a la reunión.

El espacio reservado para la comida

Hay muchas empresas que como han establecido el horario americano de 9 a 17 horas, con un corte sobre las 13 hrs para un comida rápida, puedes también seguir aplicando este tipo de Schedule que es muy rentable a fin de ganar horas libres para familia, hijos, hobbies, deporte, etc.

El momento de la comida debe ser de descanso y relax al mismo tiempo.

Uno de los mayores errores que puedes cometer cuando trabajas desde casa es difuminar la línea entre el trabajo y la vida.

Es importante establecer un horario estricto para los descansos y no te permitas trabajar en ellos a menos que sea crítico. Es evidente que siempre ocurren imprevistos que nos llevan a urgencias, pero no debe ser la norma, menos cuando se está haciendo teletrabajo.

Cambiar de espacio de trabajo al de la comida

Dejar físicamente tu espacio de trabajo durante el almuerzo puede ayudarte a mantenerte encaminado.

La recta de la tarde

La recta final puede iniciarse a las 13,45 hrs o a las 15, no hay reglas fijas. Pero cuanto antes actualices tus mails y compatibilizar comunicaciones con otras partes interesadas, antes podrás librarte al horario natural de dejar la jornada entre las 17 a 18 hrs.

La comunicación frecuente hace que sea más fácil estar al tanto de tu carga de trabajo. Esto implica comentar con compañeros de equipo cuestiones que necesariamente deben ser coordinadas, o en el caso de que sea un jefe de departamento y/o equipo, te permitirá estar muy al tanto del desarrollo de las tareas y el cumplimento del calendario que está asignado a cada tarea.

Además, en el teletrabajo se requiere que haya un nexo entre las partes intervinientes porque están físicamente separadas y la cohesión psicológica es el andamiaje de llevar a cabo los procesos administrativos y operativos diarios que requiere la actividad de la empresa.

Incluso si puede parecer trivial, una actualización rápida por mensaje de texto hace una gran diferencia al reemplazar ese contacto cara a cara.

Si este es un arte que aún tienes que perfeccionar, asigna algo de tiempo todos los días para revisar tus proyectos y proporcionar actualizaciones a todos los involucrados. En pocos días será tan fácil y cómodo como la gimnasia o footing que practicas a diario y que ya no puedes prescindir de este buen hábito.

Esto podría significar comentar las tareas digitales o programar una actualización diaria de las videoconferencia que requiere el equipo, en caso de que seas el responsable del mismo. Si eres un miembro más, entonces serán muy bienvenidas tus sugerencias en cuanto a programación de actividades y otras cuestiones que los demás miembros y el propio jefe de grupo, puedan tomar a bien, reforzar la cohesión y reactivar la confianza en que se están haciendo bien las tareas y se están cumpliendo los plazos.

Reflexionar al cabo del día cómo ha ido la jornada

El psicólogo Dr. James Collett, de la Facultad de Salud y Ciencias Biomédicas de RMIT, Australia, dice que la reflexión es quizás lo más importante que puedes hacer por tu salud mental mientras trabajas desde casa.

Las preguntas que te surgirán entonces son:

– ¿Estoy bien hoy?

– ¿Me siento encerrado?

– ¿Siento que necesito ponerme en contacto con amigos o simplemente llamar a alguien para escuchar la voz de otra persona?

– ¿Qué debo hacer si no me siento bien?  

Monitorear cómo lo está haciendo las personas de tu entorno es fundamental para solucionar los problemas desde el principio, ya que inevitablemente surgen, en lugar de ignorarlos a medida que crecen y empeoran.

En el caso que estés liderando un equipo, necesariamente debes  tomarte un momento para comunicarte con los miembros preguntándoles cómo han idos estos últimos días de trabajo y debes preocuparte en ver cómo están lidiando con los cambios en los arreglos laborales también.

Cuando llega la hora de cerrar el kiosco

Como aconsejan algunos expertos, especialmente psicólogos, por más que estemos haciendo teletrabajo, al llegar la hora de cierre de actividad del día hay que “presionar el botón” (imaginario) de apagar. Poner la mente off.

Tómate un poco de tiempo para empacar tu espacio y “salir” mentalmente de la oficina.

Llegados a esta hora del día, ya estás libre, para deporte, dedicarte a la cocina o leer un libro.

Compartir una película con los tuyos y preocuparte cómo han ido los estudios de tus hijos.

Si has hecho bien los deberes con la agenda de tu día, seguramente te irá mucho mejor con las relaciones familiares, el interés que demuestres por cómo están llevando sus cosas y especialmente, la creación de ese espacio reservado íntimo y personal que sólo te pertenece a ti y a los tuyos.

Antonio Alonso, presidente de la AEEN (Asociación Española de Escuela de Negocios) y secretario general de EUPHE (European Union of Private Higher Education).

X