Cómo acelerar el proceso de transformación digital en la educación de postgrado

Una vez más debemos insistir en los procesos de aprendizaje que respecto a la transformación digital, deben llevar a cabo las escuelas de negocio. Y el título de nuestra aportación de hoy, creemos que es muy elocuente, ya que resalta la expresión “cómo acelerar”, porque es unánime la opinión en la comunidad profesional de postgrado que o aceleramos el ritmo de enseñanza acorde con la velocidad a la que transcurren los acontecimientos de innovación tecnológica, o volveremos a quedar uno o dos pasos por detrás de las NT’s. Y esto no nos lo podemos permitir, ya que los estudiantes de postgrado están actualmente muy informados de cuáles son las respuestas que deben buscar de un programa de especialización de postgrado.

Ya hace tiempo que el aprendizaje digital, el e-learning, se había incluido en la experiencia de la educación superior, pero el impacto provocado por el Covid-19 impulsó a los responsables administradores y especialmente los equipos docentes de las escuelas de negocio, a hacer reformas en una medida que no se había hecho antes, especialmente en cuanto a la velocidad de respuesta que había que dar frente a un escenario totalmente diferente, que nos había afectado en todos los países y estaba atentando, además de la salud, el tejido empresarial en todos los niveles.

Los profesores de todas las escuelas de negocio del mundo se vieron obligados, con poca o ninguna advertencia, a tener que familiarizarse con una variedad de plataformas en línea para impartir cursos completos de forma totalmente remota. Igualmente, lo complicado tuvo cierto alivio, cuando una plataforma como Google decidió innovar para satisfacer esta nueva demanda, incorporando rápidamente funciones como la videoconferencia a su servicio de Aulas.

Antes de la pandemia, las instituciones educativas tenían la opción de incorporar el aprendizaje digital como parte de su oferta, pero a menudo se lo veía como una ventaja o una excepción a la regla, atractivo principalmente para estudiantes a tiempo parcial o extranjeros que buscaban arreglos de aprendizaje más flexibles.

Pero el Covid-19 ha sido ese punto de inflexión (deberíamos decir de no retorno) que marca un momento crítico en la enseñanza en general y muy en particular, en la de postgrado, ya que todos (administradores, profesores e investigadores) tuvimos la impresión de que volver a los cursos exclusivos en el campus como norma después de esta experiencia traumática de la pandemia, nos sigue pareciendo hoy cada vez menos probable.

La educación se describe a menudo como un sector que ha tardado relativamente en adoptar tecnologías digitales. Sin embargo, no nos habilita para sacar una conclusión precipitada respecto a que la educación convencional en las aulas vaya a desaparecer para siempre.

Nuestro colectivo de profesores e investigadores en el ámbito de postgrado han venido debatiendo tanto las ventajas como las desventajas de este cambio tan acelerado, pero que no podía obviarse en los planes pedagógicos. En cuanto a lo positivo, se encuentran ciertas ventajas claras tales como que se anima a los estudiantes a aprender de forma independiente y a su propio ritmo. Pero esto también tiene un inconveniente: que los estudiantes enfrentan obstáculos para interactuar y aprender de las contribuciones de los demás, que sí se tienen en el modelo educativo tradicional.

No menos importante es el cuestionamiento que se hace, sobre  la capacidad de la educación digital para satisfacer las necesidades de los alumnos que requieren apoyo adicional, lo que ha desatado con fuerza una tercera vía que es la educación como un modelo híbrido, que después de la pandemia puede ser más atractivo para las instituciones educativas y los estudiantes por igual.

Sin duda el impacto del Covid-19 en las sociedades de todos los países ha sido muy grande, por lo que no debe sorprendernos que las respuestas ante estos cambios repentinos forzados en el sector educativo, hayan llevado a administradores, investigadores y docentes a la conclusión, al menos bastante compartida hoy día, de un necesario replanteamiento de las estructuras educativas tradicionales en general. Lo que va a llevar sin duda a cambios que habrían sido ampliamente inconcebibles antes de la pandemia, como la cancelación de los exámenes escolares a favor de la evaluación basada en los trabajos de curso, que se han visto obligados a aprobarse debido a la necesidad.

Estamos inmersos en un proceso de reevaluación de los modelos que se asumían fundamentales e indiscutibles en el pasado, para lo cual, las escuelas y colegas profesionales más innovadores han visto en la pandemia como su oportunidad largamente esperada para innovar en la educación y hacerla más adecuada para las necesidades cambiantes del mundo moderno.

A fin de que este espacio sea de debate y que cumpla también un valor divulgativo, les voy a dejar al respecto de la aceleración del aprendizaje digital, que es lo que está haciendo una escuela puntera mundial como es el MIT Sloan School of Management, que es la “Escuela de Administración y Dirección de Empresas Sloan del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts) que cuenta con un curso online titulado “Digital Business Strategy: harnessing our digital future” (Estrategia de negocio digital: aprovechando nuestro futuro digital.

Por ello vamos a comentar los módulos que lo integran y sus respectivos componentes curriculares.

Para el Módulo 1 “Introducción a la transformación digital” propone “revisar la práctica de la toma de decisiones tradicional y basada en datos para las empresas en la segunda era de las máquinas. Utilice la herramienta Matrix of Change para planificar una transformación digital coherente”.

Para el Módulo 2 “Inteligencia artificial” propone “investigar las aplicaciones comerciales del aprendizaje automático”.

Ya en el Módulo 3 “Plataformas en una economía digital” propone “correlacionar el éxito empresarial en la economía digital con la utilización óptima de las características clave de la digitalización”.

Para a un Módulo 4 “La revolución de las plataformas” en el que busca que el alumno “distinga entre diferentes tipos de plataformas para determinar cómo pueden afectar a una industria y cómo emplearlas de manera efectiva”.

Para el Módulo 5 “Aprovechar a la multitud” insta a que se “recomiende un experimento que utilice a la multitud para abordar un problema empresarial”.

Finalmente, el Módulo 6 “Límites a la descentralización” propone “evaluar la utilidad de la tecnología descentralizada para una empresa y que se reflexione sobre los cambios en las estructuras de la empresa y la naturaleza del trabajo que se están produciendo en la segunda era de las máquinas”.

Quiero explica a los lectores/as que la expresión “segunda era de las máquinas”proviene del libro “The Second Machine Age: Work, Progress, and Prosperity in a Time of Brilliant Technologies” (La segunda era de las máquinas: trabajo, progreso y prosperidad en una época de tecnologías brillantes) cuyos autores son los economistas Erik Brynjolfsson y Andrew McAfee, ambos del MIT, y que son los directores del área de formación digital del MIT Managemente Executive Education.

El libro es un muy buen intento por poner en perspectiva histórica el cambio de modelo de producción provocado por la adopción masiva de la informática. Más aún: el cambio de modelo de producción provocado por la informatización de buena parte de las herramientas del trabajo. Sin duda, esto se refleja en la perspectiva que los módulos dan a este interesantísimo curso del MIT.

Antonio Alonso, presidente de la AEEN (Asociación Española de Escuela de Negocios) y secretario general de EUPHE (European Union of Private Higher Education)

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